DEFORMIDADES DEL PIE
Las deformidades del pie pueden ser congénitas (producidas por factores hereditarios) o adquiridas, que se producen por traumatismos, problemas neuromusculares, hábitos y calzados inadecuados, etc. Las deformidades más frecuentes son: Pie plano: el arco longitudinal interno desaparece o está aplanado. Pie cavo: el arco longitudinal interno es más grande de lo normal. Pie equino: el pie se apoya en el suelo únicamente por la parte anterior, o sea, el talón no toca el suelo. Pie talo: el pie se apoya en el suelo únicamente en la zona del talón. Pie varo: la planta del pie mira hacia el interior. Pie valgo: la planta del pie mira hacia el exterior. Es frecuente que estas deformaciones aparezcan combinadas. Por ejemplo, pie cavo-varo. Cada tipo de pie crea una propensión hacia un tipo diferente de patologías. El trabajo del podólogo deportivo consiste, entre otras cosas, en saber analizar el funcionamiento del pie del deportista y cuando es necesario compensar, paliar o sustituir la funcionalidad del pie mediante diversos tratamientos, como pueden ser ejercicios, plantillas personalizadas, cirugía, etc.