MEN SANA IN CORPORE SANO
En lugar de comprometernos con nuevos objetivos, podemos ir tejiendo la red que pueda sostener esos cambios a lo largo de 2019. Proponerse objetivos el uno de enero forma parte de tu zona de confort, tanto como no cumplirlos. Es un hábito, yo diría que un mal hábito. Porque a la larga termina generando frustración. Forma parte de nuestros rituales. Como decía Einstein, y parece que el hombre era sabio, pero de los sabios de verdad, ªSi quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismoº. Así que podríamos empezar a tomarnos enero para… Coger la rutina después de las vacaciones. Rutina de comidas, trabajo, gastos. Poner orden en nuestra vida. El orden es fundamental. Nos da seguridad y serenidad. Tirar, eliminar, deshacer. Si deseas que en febrero entren cosas nuevas en tu vida, tienes que hacerles hueco. Enero es el mes de la renovación. La nostalgia es mala compañera en este punto. Nos cuesta deshacernos de objetos personales a pesar de que no les demos ningún uso. Nos cargamos con recuerdos, ropa, cachivaches que solo abultan, que pensamos que algún día volveremos a utilizar, pero que la historia nos dice que en la mayoría de las ocasiones no ha sido así. ¡Tira! Es parte de tu metamorfosis. Practicar actividades que te relajen. A muchas personas las vacaciones, las fiestas y las reuniones familiares, les alteran su ritmo. Salen más, duermen menos, beben más, se ven obligados a relacionarse y hablar más de lo habitual… Es el momento de meditar, pasear, leer, escuchar música tranquila. Encuentra un estado emocional para empezar febrero desde la serenidad. Definir tus cambios, pero no empieces con ellos. No es el momento. Enero es el mes de la preparación para el cambio, no necesitas más agobios. Puedes definirlos en función de tus necesidades, motivaciones, momento del calendario. No trates de empezar en febrero con todos a la vez. Prioriza. La fuerza de voluntad es limitada, no la fuerces. Porque al final terminarás renunciando y pensando que no eres capaz. Y el problema no es ese, es querer abarcar más de lo posible. Decidir qué renuncias vas a hacer. Antes de apuntarte a una actividad, piensa a qué podrías renunciar. Todo no cabe en la agenda. Necesitas organización. Organizar no significa meter todo a presión, sino saber elegir aquello de lo que realmente eres capaz de ocuparte. No puedes ocuparte de lo tuyo y de lo de los demás. Dejar todo preparado para empezar. ¿Necesitas ayuda en casa? Pídela. ¿Necesitas ropa de deporte? Permítete ese capricho. ¿Una revisión médica antes de empezar un plan saludable de alimentación? Enero no es mes para empezar objetivos, pero sí para dejar todo organizado. Así no tendrás excusas la primera semana de febrero. Esto es lo mismo que haces cuando preparas una nueva receta. Elaboras una lista de la compra, compras, preparas todos los ingredientes antes de empezar a cocinar y luego, cocinas. Keep calm…no estás perdiendo un mes de tu tiempo. Estás preparándote mental y emocionalmente para poder estar bien, sereno y motivado para empezar. Si hasta ahora el antiguo sistema de ponerte objetivos en enero no te ha servicio, ¿por qué seguir repitiendo la misma rutina? Ya habrás oído lo de músculo que no se ejercita, músculo que se atrofia. No solo es válido para los músculos que entrenamos a través de la actividad física. También es válido para nuestro órgano más preciado: el cerebro. El cerebro posee una maravillosa cualidad, su plasticidad. Eres capaz de cumplir con tus objetivos y también eres capaz de hacerlo en el mes de febrero.