Recomendaciones
para que este viaje permanezca en nuestra memoria:
Ve sin prisa y acércate a ver.
Para entrenar o acumular kilómetros no hace falta venir a Nueva Zelanda. El objetivo de exprimirse es algo común en los ciclistas europeos, grandes deportistas, con buena bici y con poco tiempo. En los tres casos encontrados, al cuarto día necesitaban parar o cambiar el ritmo y lo peor: solo recordaban haber visto la línea blanca de la carretera.
Deja tiempo a más actividades, no solo pedalear.
Rutas por el monte, paseos en barco a ver animales y costas volcánicas, sentir las aguas termales...no es suficiente con ver un lugar, hay que sentirlo.
Interactúa todo lo posible con los locales,
son especialmente educados, agradables y hospitalarios. Es un país muy seguro. Siempre encontraremos ayuda en los problemas y personas que quieran llevarnos a su casa para darnos una ducha, ponernos bien de cenar y ofrecernos alojamiento. Quizás lo más impactante de este país sea su desarrollo humano.
Participa total o parcialmente en los eventos deportivos locales
(Aotearoa Bike Challenge, Vuelta por relevos a Taupo Lake, Buller Gorge Marathon, Coast to Coast Race…) Disfrutaremos de su excelente organización y de un ambiente deportivo donde la competición queda a un lado para dejar paso a la diversión y la convivencia.