Y DE CENA...¡UNA DE INSECTOS!
Están llenos de propiedades nutricionales, solo es cuestión de superar la barrera psicológica de 'comer bichos'.
Aunque todavía cocinar con insectos nos parece muy raro y poco apetecible, los insectos se consumen de forma habitual en un 80% de países del mundo, son un alimento habitual en Tailandia, México, China o Japón. Muy apreciados por su sabor, se consumen como manjares especiales, o como picoteos para comprar en puestos de la calle. En los últimos años los insectos se están empezando a popularizar por sus propiedades nutritivas, especialmente por su alto contenido en proteínas.
¿Te dan asco? Piensa un momento, posiblemente lo que nos suele echar para atrás de comer insectos es su aspecto, pero en nuestra gastronomía disfrutamos de platos con alimentos ‘feos’ como los caracoles, percebes, o gambas, que no son precisamente animales agradables a la vista, pero tienen un sabor tan especial que los consideramos manjares. Lo mismo ocurre con los insectos, hay que probarlos, porque han formado parte de la dieta humana desde nuestros orígenes como delicatessen, y es por su sabor por lo que son tan apreciados. Dicen que las hormigas culonas de Colombia tienen un punto a cítrico, el escorpión recuerda a los frutos secos y las tarántulas tienen un sabor más cárnico y se hacen a la brasa. Los insectos más consumidos son los escarabajos (31%), seguidos por las orugas (18%), abejas, avispas y hormigas (14%) y los saltamontes, langostas y grillos (13%). Pueden adquirirse envasados, a granel, deshidratados, dulces... Aunque la investigación de los insectos para el consumo es incipiente, la mayoría de los nutricionistas los contemplan como un complemento y no como sustitutivo de otros alimentos.
Dice un proverbio chino: todo lo que vuela, nada, se arrastra o camina es apto para ser comido.