NO TODO EN EL SOL ES MALO
Nuestro amigo el sol también hace muchas cosas buenas por nosotros. Fortalece los huesos y los dientes gracias a la presencia de la Vitamina D. Esta vitamina es muy importante para la mineralización de los huesos, con 10 minutos de sol durante un par de veces a la semana, suficiente. Hay enfermedades cutáneas que mejoran con el sol en algunos casos, como ocurre con la psoriasis. En lo que a la parte interior del cuerpo se refiere, el sol sirve para aumentar los glóbulos blancos, siempre y cuando lo hagamos de manera moderada y controlada. Esto nos ayudará a tener un sistema inmunológico mejor. Además, el sol sirve para equilibrar el colesterol. Las personas que viven en climas soleados presentan menos incidencia de enfermedades cardiovasculares y los niveles de colesterol mejor equilibrados. Se ha comprobado que los niveles de colesterol son menores en verano, en parte porque la luz UV es necesaria para metabolizar el colesterol, y cuando tomamos el sol disminuye el nivel de colesterol y evita que se pegue a las arterias. El sol provoca una vasodilatación de los vasos sanguíneos superficiales y aumenta la circulación de la sangre en la piel, disminuyendo los valores de presión arterial. También aumenta el metabolismo y la depuración de los tejidos. La explicación parece que está en la vitamina D que te hemos mencionado. La mente es otra de las grandes beneficiadas de estar bajo el sol, pues los rayos UV aumentan la producción de serotonina, que ayuda a aumentar la sensación de bienestar, regula el sueño, y ayuda a pelear contra el cansancio, la depresión y el estrés. En esta línea, el sol también ayuda a mejorar tu vida sexual. En general hay más sexo en verano, debido a la testosterona. Y es que el sol con moderación aumenta los niveles de esta hormona en la sangre, que es responsable del apetito sexual. El sol ayuda a que suban las temperaturas, en todos los sentidos.