HOMBRO DE NADADOR
Los hombros son la unión del tronco con las extremidades superiores y un engranaje fundamental para el desarrollo de nuestro tren superior. Estos “pequeños” músculos participan en un gran número de gestos, prácticamente en todos. Al andar, al correr, al coger cualquier objeto, al señalar algo y al nadar. Un deportista de élite puede nadar de media unos 12.000 m al día, unos 6 días a la semana lo que supone una cantidad muy elevada de movimientos repetitivos en los que el hombro se sitúa por encima de la cabeza, en torno a 2.600. Precisamente por esto la frecuencia de ejercicio es una de las principales causas de la lesión del hombro del nadador, que se relaciona especialmente con estilo de nado a crol. Otra causa importante que favorece la aparición de la lesión es el empleo de una mala técnica, el sobreentrenamiento, uso de paletas (de forma excesiva) de modo que la resistencia al agua aumenta considerablemente, etc.
La lesión del hombro del nadador se produce en un alto número de casos debido a un pinzamiento en el manguito de los rotadores.
Los manguitos de los rotadores están formados por varios músculos. Supraespinoso, Infraespinoso, Redondo Menor y Subescapular. Este conjunto de músculos se inserta en la zona de la cabeza del humero. Son los encargados de realizar los movimientos de rotación y se encargan de la importante función de dar estabilidad a la articulación. Además de los manguitos de los rotadores, el hombro también lo
componen otros músculos como el redondo mayor, que atrae los brazos hacia el cuerpo y el deltoides, que cubre todo el conjunto del manguito de los rotadores y permite la separación del hombro respecto al tronco. Debido a su composición anatómica, el hombro no deja demasiado espacio entre la porción superior del húmero y el acromion. Al iniciar el gesto de la brazada y realizar la fuerza necesaria que requiere el movimiento.
Si a una mala técnica le sumas la debilidad muscular, la fatiga, la falta de trabajo de fuerza y prevención y la rigidez, tenemos más papeletas de sufrir este tipo de lesiones.
Si eres nadador habitual hay algún truco que puede ayudarte a prevenir dolencias en el hombro. Utilizar respiración bilateral cuando nadas a crol para aumentar el rolido es una de ellas. También puedes aumentar la intensidad de la batida de piernas y disminuir el número de entrenamientos y su intensidad. Por último, tal vez deberías revisar el número de veces que realizas entrenos con paletas e incluso suprimirlo si sientes molestias o sobrecarga.
En cuanto a los ejercicios. Cuando trabajemos la musculatura de los hombros debemos seleccionar el plano escapular para realizar tus elevaciones. En esa posición el hombro se encuentra en su correcta posición anatómica, la natural, para la que fue diseñado y por eso es la mejor elección para realizar elevaciones con cargas. Además, también debes realizar un trabajo específico para reforzar a los “manguitos”, recuerda que en este caso la carga no debe ser el principal componente del ejercicio, sino más bien lo contrario. Debes cuidar la ejecución del gesto y evitar movimientos bruscos.