LOS 100 KM NADANDO EN AGUAS ABIERTAS MÁS RÁPIDOS DE LA HISTORIA
Un récord Guinness para concienciar por los mares
El autor de esta "locura" tiene nombre y apellidos, se llama Pablo Fernández, y una causa detrás, concienciar por la conservación de los océanos y toda su fauna. El reto se consiguió el pasado 30 de julio en aguas de Florida, donde se pueden pillar las corrientes más rápidas del mundo, se dice que las equivalentes a todos los ríos del mundo juntos, lo que lo ayudaría en su objetivo, batir el récord Guinness de los 100 km en aguas abiertas más rápidos. Para ello Pablo tuvo que superar el récord que obtuvo la nadadora Diana Nyad en 1979 entre Bahamas y Florida.
Tras algunos momentos de tensión donde llegó a dudar de lograrlo, consiguió acabar los 100 km desde Júpiter, Florida, en solo 12 horas, 21 minutos y 14 segundos, ¡impresionante!
LA HISTORIA DE UN RÉCORD GUINNESS PARA LUCHAR POR LOS MARES
Este nadador de 39 años comenzó nadando en piscina y con los años se pasó al triatlón y a las aguas abiertas. Tras probar la distancia Ironman decidió que lo suyo eran las travesías de larga distancia.
“Empecé con 3 km, 5 km, luego afronté el reto de pasar el Estrecho de Gibraltar, y al empezar a nadar las largas distancias decidí investigar cómo debía ser fisionómicamente la técnica de nado más eficiente. Me volví un experto en analizar cómo puede llegar a influir la fricción del agua en la hidrodinámica del nado”. Seguro que a estas alturas del artículo te estás preguntando lo mismo que nosotros antes de contactar con Pablo, ¿por qué un empresario de éxito (es uno de los fundadores de Clicars, empresa líder en venta de coches por internet) amante del deporte decide implicarse de esa manera con un reto deportivo? Su objetivo principal era visibilizar el grave problema de contaminación por plásticos que sufren nuestros océanos y para eso la mejor forma era establecer que pudiera resultar impresionante a ojos de los medios de comunicación. E impresionante ha sido, incluso la Asociación Mundial de Aguas Abiertas ha bautizado el reto de Pablo como el Nado del Siglo. Y es que a día de hoy solo 10 personas en todo el mundo han conseguido superar la barrera de los 100 km en aguas abiertas, y de ellos Pablo ha sido el más veloz.
En esta línea Pablo además ha creado una asociación cuyo cometido principal es limpiar los mares de plástico y para ello ya ha conseguido donar alrededor de 30.000 €. Además, el pasado 4 de octubre se lanzó a superar un nuevo récord Guinness, nadar la distancia más larga esposado, como una metáfora de lo que siente mucha fauna marina acosada por los plásticos.
Si algo hace falta para superar los 100 km más rápidos en aguas abiertas, además de una preparación física concienzuda, es desde luego mucha fuerza mental. Pablo comenta que por muy preparado que llevara el reto, hubo momentos muy duros durante la prueba.
“USAR LA TÉCNICA ADECUADA DURANTE MÁS DE 10 HORAS NADANDO ES UNA CUESTIÓN DE FUERZA MENTAL”
“El momento más complicado fue hacia la mitad porque veía que, a mi ritmo, no llegaba, tenía la espalda quemada, me encontraba mal; pero por suerte el sol dejó de dar tan de lleno, se nubló un poco y la situación mejoró, y pude hacer la parte final más rápido consiguiendo el récord”. Todo esto además lo tuvo que hacer con la única ayuda de unas gafas de natación y un bañador para cumplir con la reglamentación de la organización del Récord Guinness y de la Asociación Mundial de Aguas Abiertas.
Para conseguir no desfallecer durante más de 10 horas nadando en las aguas más rápidas del mundo Pablo tomaba agua cada media hora y realizó un total de 22 comidas. “Lo que nunca debes hacer es innovar en el reto, siempre como lo mismo que ya he probado en los entrenamientos”.
¿CÓMO SE PREPARA UN RÉCORD TAN COMPLEJO?
“Lo más complejo de un reto así es saber que, pase lo que pase, no puedes saltarte ni un solo día de entrenamiento. Entrenaba dos horas de piscina que luego combinaba con una sesión de fuerza en seco. Tuve que dejar mi entrenamiento habitual que es intensivo, por uno extensivo para aguantar las largas distancias, en una semana tenía que nadar entre el 70% y el 100% de la distancia que iba a afrontar”. Y es que el tiempo invertido en preparar este reto que culminó el 30 de julio fue de alrededor de 4 meses de entrenamiento ininterrumpido, una implicación psicológica que no es apta para cualquiera.
Además de estos cambios en sus rutinas de entrenamiento, que Pablo nos cuenta de primera mano, tuvo que afrontar un cambio en sus rutinas nutricionales. Normalmente Pablo lleva un plan bastante sistemático pero de nadar tanto bajó mucho de peso, se quedó en 67 kg cuando su peso normal es alrededor de 70 kg, así que su nutricionista le aconsejó que soltara la mano un poquito más con la planificación de comidas para que no siguiera perdiendo más peso.
PABLO FERNÁNDEZ ATESORA OTROS 5 RÉCORDS MUNDIALES
Fue la primera persona en cruzar a nado el río Congo, en unir las Islas Vírgenes con Puerto Rico, cruzar a nado la bahía vietnamita de Ha Long, nadar entre Senegal y Gambia y entre Nicaragua y El Salvador, así como nadar entre tiburones en Sudáfrica. A estos hay que sumarle el de la distancia más larga nadada en aguas abiertas con esposas del pasado 4 de octubre.
EL VERDADERO MONSTRUO TIBURÓN ES EL SER HUMANO
Pablo Fernández además es un gran defensor de la situación que sufren los tiburones, un animal constantemente
demonizado por los humanos cuando solo son la causa de 7 muertes al año, mientras que en cambio 70 millones de tiburones mueren al año por la acción humana.
“Nadar en aguas con tiburones no es peligroso porque los tiburones no identifican a los humanos como comida, solo nos atacan por error, porque nos confunden con otro tipo de animales que sí son sus alimentos, como focas, sobre todo en aguas turbias. También es un mito que a los tiburones les atrae la sangre humana, los ataques por tiburón se pueden producir porque lleves algo metálico que refleje, o nades haciendo mucha espuma, pero si evitas estas prácticas no tiene por qué pasarte nada. Mucha gente renuncia a la maravilla de nadar en aguas abiertas por miedos que, a la hora de la verdad, no tienen demasiadas probabilidades de materializarse.”