1. Optimiza tu entrenamiento
Con una misma máquina puedes hacer varios ejercicios. Para ello solo debes seguir unas premisas.
Haz un ejercicio que implique al tren inferior. Equilibra tu entrenamiento utilizando ejercicios que impliquen tanto a los cuádriceps como a los isquiotibiales. No te olvides de los glúteos pero recuerda que con un buen trabajo de core también los estamos poniendo en funcionamiento.
Haz un ejercicio que implique al tren superior. Ten en cuenta que debes variar los ejercicios para lograr trabajar tanto la parte delantera el cuerpo, con ejercicios de empuje, como la trasera, con ejercicios de tirón.
Haz un ejercicio que requiera la utilización del core o bien implícalo en todos los anteriores. El core es el núcleo central de nuestro cuerpo y siempre que sea posible debería estar presente en nuestros ejercicios. Con algunas modificaciones en ejercicios tradicionales puedes conseguirlo, solo tienes que aprovechar el tiempo y los recursos que hay a tu alrededor, incluido tu propio cuerpo. Emplea movimientos globales que requieran la utilización de grandes grupos musculares
Organización en tri-serie. Tres ejercicios seguidos con el menor descanso posible entre ellos hasta finalizar los tres ejercicios. Aquí es importante que las musculaturas implicadas sean antagonistas, sobre todo si queremos ejecutar bien los movimientos y no llegar al agotamiento enseguida. Puede que pienses que este planteamiento no responde a tus necesidades, sobre todo si quieres ganar volumen muscular o entrenar la fuerza máxima. Ten en cuenta que lo único que rige este tipo de cuestiones es la intensidad y el tiempo de descanso.
Utiliza tu cuerpo para entrenar. No esperes a que todas las máquinas estén libres. Piensa en la musculatura que quieres trabajar y reproduce el movimiento de la máquina con un ejercicio que solo requiera ganas y algo de esfuerzo por tu parte. Con algo de imaginación verás que es muy posible.