DIETA DEL GUERRERO
¿TIENE SENTIDO PARA UN DEPORTISTA?
POR DARÍO SANTANA WWW.FISICOLOGIA.COM
Es una forma de comer en ciclo, con períodos prolongados de poca ingesta de alimentos y periodos cortos de alimentación (como cualquier protocolo de ayuno intermitente). Se ha promovido como una forma efectiva de perder peso y mejorar los niveles de energía y claridad mental. Fue creada en 2001 por Ori Hofmekler, un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales Israelíes, dio el salto luego al campo del fitness y la nutrición. Las personas que siguen esta pauta hacen un ‘ayuno’ durante 20 horas al día y luego una comida grande en una ventana de ingesta de 4 horas, normalmente por la tarde/noche. Durante el período de ayuno de 20 horas, a diferencia de otros protocolos de ayuno intermitente, sí se pueden consumir pequeñas cantidades de alimentos, como café, té, frutas y hortalizas, caldos o ensaladas. En el lapso de 4 horas el autor nos propone incluso un orden (para promover la saciedad) ingiriendo primero la verdura (ad libitum), luego
proteína y grasa y, finalmente, los hidratos de carbono. De esta forma sería, defiende el autor, poco probable ‘comer en exceso’.
La dieta del guerrero no es más que un protocolo de ayuno intermitente, con una ventana de ingesta reducida a 4 horas. ¿La diferencia? Su autor habla mucho de la importancia del ejercicio y la incluye como parte del proceso.
Ori Hofmekler defiende que “es la forma más natural de alimentarse, no solo como cazadores/recolectores sino también como guerreros y soldados, los cuales estaban acti
vos durante el día (trabajando, entrenando o combatiendo) teniendo poco tiempo para comer.” Personalmente, destacaría la sensación de libertad que da no estar sujeto a horarios de comida establecidos ya que, incluso, hay quien pone en práctica este protocolo haciendo ayuno completo durante esas 20 horas, beneficiándose así de los efectos positivos del ayuno, mediados en gran parte por la restricción calórica no voluntaria que genera. Para más información: https://science.sciencemag. org/content/362/6416/770
¿Recomendarla? Pues depende, diría lo mismo que a quien me preguntara por un protocolo de ayuno intermitente (sea el que fuere), hay que tener en cuenta el contexto individual del sujeto. Habrá gente que se adaptará bien y otros que solo estén pensando en que llegue el momento de comer. En cuanto al rendimiento deportivo, honestamente no lo veo útil. No me parece necesario ni óptimo en la práctica diaria del atleta ni en la búsqueda de la mejora del rendimiento del mismo.
Y dado que muchos de los efectos positivos para la salud del ayuno intermitente vienen mediados por la restricción calórica no voluntaria, no veo en qué puede beneficiar a un deportista de alto rendimiento, cuyo objetivo es evitar la restricción energética, a no ser que se busque conseguir un peso de competición para un determinado evento. Incluso, en ese momento se pueden utilizar otras estrategias, más o menos agresivas, que se adapten al sujeto en cuestión. En mi opinión: escuchemos a nuestro atleta y atendamos a sus preferencias.