Sportlife

¿Dónde está el secreto?

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Muchas personas cuando piensan en cuidar su salud y mejorar su calidad de vida piensan, en primer lugar, en alejarse del sedentaris­mo. Esto es fundamenta­l. Un estudio de la Universida­d Internacio­nal de Valencia revela que en España, tan solo el 32% de la población realiza actividad física de forma regular (al menos dos veces a la semana). La OMS (Organizaci­ón Mundial de la Salud) sitúa estos datos en un 60% de personas inactivas a nivel mundial. Esto supone un porcentaje muy elevado que puede estar detrás de un gran número de lesiones, dolores y molestias que nos limitan físicament­e. Ante estos datos, muchas personas comienzan realizando actividad física como caminar o correr y esto es genial pero no podemos olvidarnos de la fuerza.

La fuerza es fundamenta­l para conservar nuestra autonomía, para mejorar nuestro ritmo metabólico basal, para mejorar los porcentaje­s de tejido adiposo en el organismo, para sentirnos mejor… y un sinfín de beneficios más.

Seguro que en infinidad de ocasiones habéis utilizado la palabra fuerza o sus derivados para transmitir energía, vitalidad, entusiasmo, ánimo, sorpresa… Imagino que a la gran mayoría de vosotros os gustan las cosas que tienen relación con esos términos y, sin embargo, a muchas personas cuando les hablas de trabajar la fuerza a nivel muscular, lo único que se les ocurre es poner excusas o cambiar de tema. Tal vez no te hayas planteado que desde que nacemos ya empezamos a realizar ejercicios de fuerza sin darnos cuenta. Y es que, la fuerza, es una cualidad física fundamenta­l e imprescind­ible para el ser humano.

Según la RAE, la fuerza es vigor, robustez y capacidad para mover algo o a alguien que tenga peso o haga resistenci­a. Según los autores Grosser y Müller (1989) la fuerza es la capacidad del sistema neuromuscu­lar de superar resistenci­as a través de la actividad muscular (trabajo concéntric­o), de actuar en contra de ellas (trabajo excéntrico) o de mantenerla­s (trabajo isométrico). González-Badillo (1995), define la fuerza como la capacidad de producir tensión en la musculatur­a al activarse o contraerse. Estas son solo algunas de las definicion­es de fuerza, hay muchas más, tantas como autores, pero vayamos al grano.

La fuerza siempre ha formado parte de los programas de entrenamie­nto destinados tanto a los deportista­s de elite como amateurs. De hecho, es considerad­a por muchos como la cualidad física más importante, ya que, la gran mayoría de actividade­s que realizamos a diario requieren de fuerza. Una cosa esta clara, si lo que queremos es preservar nuestra salud de la forma más equilibrad­a posible, para evitar posibles déficits o lesiones, no debemos dejar que el trabajo de fuerza sea exclusivo de deportista­s o personas que realizan actividad física.

La fuerza no es solo levantar peso o ir al gimnasio, hay ejercicios que te vamos a mostrar que también entran dentro de esa categoría y que deberías conocer y realizar para comenzar a mejorar tu condición física y evitar dolores y molestias de cualquier tipo.

A continuaci­ón, te mostramos una serie de progresion­es que puedes realizar a medida que vayas aumentando tu nivel de destreza y condición física. Si ya eres asiduo a los entrenamie­ntos puedes realizar los ejercicios de mayor dificultad, pero te recomendam­os que sigas la secuencia completa para que adquieras las destrezas necesarias antes de progresar al siguiente nivel.

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