7 LOS MITOS DE LA PRÁCTICA DE MINDFULNESS
´Los errores que nos alejan de la Atención Plena
En estos tiempos de pandemia perdemos el control de nosotros mismos intermitentemente. Puede que sobrevivamos en piloto automático, pero aprender a ser más conscientes y vivir en el presente es una forma poderosa de autocuidado. Estamos en un momento mundial que hay que romper con los mitos y las falsas creencias, descubrir el auténtico significado en esta vida y utilizar métodos sostenibles para cultivar la salud como el Mindfulness.
1/ Es un método de moda
El método de mindfulness actual está basado en los estudios científicos en EE UU de los años 70, cuando se estudiaron las técnicas de meditación y respiración de la India de hace más de 2000 años. Ahora que el mundo es digital, estas prácticas milenarias han llegado a ser aplicadas en todo el mundo del deporte, empresa, laico y de educación secular.
2/ Debes vestirte diferente
Lo importante es que te sientas cómodo, e igual que cuando vas a correr usas unas buenas zapatillas deportivas y ropa deportiva, aquí lo mejor es ropa flexible para sentarse en el suelo, pero puedes practicar mindfulness al caminar o incluso correr. Así que, debes ser tú mismo, pero cómodo. Realmente el único ‘hábito’ que debes ponerte es “hacerlo diariamente”.
3/ Necesitas el lugar perfecto
Practicar en un lugar tranquilo te puede ayudar, pero al final el reto es llegar a practicar la atención plena en cualquier espacio, y lo conseguirás practicando. Algunos complementos pueden ser útiles, pero nunca necesarios, pues puede generar más apego o crear ciertos malos hábitos. Quizá puede crearnos una creencia supersticiosa si creemos que nuestra calma depende de un objeto. Tener la capacidad de parar en cualquier lugar y cerrar los ojos debería ser nuestro mayor objetivo para beneficiarnos al máximo. Puede parecer desafiante, pero muchos deportistas de élite utilizan estas técnicas para sus competiciones, y si no piensa en un partido de fútbol: ¿cómo se aíslan de los ruidos, gritos del público y se centran en un solo objetivo? La respuesta está en centrar la atención en el balón.
4/ Debes profundizar en tus sentimientos
El primer paso es ser sincero con uno mismo, nuestra mente está constantemente distraída de nuestros deseos y emociones. Ser más consciente del espacio que ocupan nuestras emociones es un desafío, pero no hurgar en ellas. La práctica nos muestra el ruido que hay interno, pero no se juzga. Tener conciencia del presente nos ayuda a comprender nuestro pasado y comprender cómo nos sentimos. Este método es individual y nadie debería obligarte a mostrar un sentimiento, únicamente depende de ti compartirlo.
5/ Es una práctica religiosa, espiritual o budista
A pesar de que las raíces de la atención plena se remontan a las enseñanzas budistas, hay muchas personas que lo practican y no lo son. Mindfulness es una práctica universal y no significa que tengas que ser religioso. Tanto los estudios científicos como las experiencias compartidas han proporcionado evidencia más que suficiente sobre los beneficios positivos que puede traer su práctica a nuestra salud y bienestar, relaciones y felicidad.
6/ Es algo que te puede cambiar de la noche a la mañana
La atención plena es una forma de vida y no tiene un objetivo final. Como cualquier hábito que desees crear, es un desafío y requiere tiempo, paciencia y constancia. No esperes que tu vida cambie con solo encender una vela o escuchar audioguías, se trata de entrenamiento mental y continuado de la atención.
7/ Es muy fácil meditar
Pues sinceramente no es nada fácil la atención plena, lo siento, es difícil. Puede incluso llegar a irritarte porque tienes que afrontar tus miedos, admitir tus defectos, soltar las cosas que escapan a tu control y afrontar todo lo que tu mente experimenta en la práctica, no rechazar nada, aceptarlo. Es una experiencia extremadamente gratificante que te hará ser más feliz, más satisfecho y conectado contigo mismo y con los que te rodean.