TU NUEVA VIDA EN FORMA
Nunca he hecho ejercicio, ¿y ahora qué?
Conserva la fuerza, flexibilidad y tono muscular, te ayuda a controlar el aumento de peso, mejora la circulación de la sangre, disminuye la presión arterial, aumenta la capacidad respiratoria y mejora la oxigenación sanguínea. Además de facilitar la neurotransmisión de la noradrenalina, serotonina y dopamina, lo que supone una mejora del estado de ánimo. No te estamos hablando de una nueva pastilla o de una nueva tecnología novedosa que te aporta todos esos regalos para tu salud, no. Te estamos hablando de ejercicio, e-jer-ci-cio, y en este artículo te contaremos como debes entrenar para lograr sentirte mucho mejor contigo mismo/a.
Suena el despertador y te dispones a levantarte, parece que no has dormido todo lo bien que hubieras deseado y cuando te incorporas sientes un ligero pinchazo en la región lumbar, cierta sensación de rigidez muscular y también algún que otro dolor articular. Nada que una ducha caliente y un café no puedan solucionar. La mañana te devora con su rutina y cuando llega la hora de comer, entre el estrés y la apretada agenda del día decides que hoy no pasa nada por comer algo de comida rápida (más bien comida basura) y oye, algún postre no vendría mal para afrontar el resto del día, tarta por ejemplo o brownie con helado porque el helado es digestivo al igual que el licor de hierbas, eso todo el mundo lo sabe y además es lo que le dices a tu conciencia para que se quede tranquila, pero para acallarla con más fuerza le prometes que mañana irás a comer a ese restaurante de comida “healthy” en el que siempre encuentras una excusa para no pasar. La tarde no es mucho mejor, ¿manzana o un café con pastas que ha traído un/a compañero/a de oficina? Aquí piensas, esta feo hacer un desprecio a un compañero que ha traído un detallito ¿no? Pero eso sí, la manzana te la llevas a casa y piensas que será la opción ideal para cenar junto a un yogur. Cuando por fin llegas a casa te das cuenta de que otro día más, no has hecho nada de ejercicio y encima, las ganas de comer manzana y yogur se han desvanecido por completo, así que finalmente decides llamar a la hamburguesería y pedir un combo riquísimo que incluye de todo y además está de oferta. Y ahí se acaba tu día, bueno, queda un maratón de TV importante mientras te comes algún dulce o helado para matar el gusanillo, que si no, te vas a la cama con sensación de hambre y no duermes bien. Espero que se haya entendido la ironía que he querido transmitir en estas líneas haciendo hincapié en las múltiples excusas, simples y ligeras, que ponemos a la hora de mejorar nuestros hábitos de vida. La realidad es que pasamos demasiado tiempo sentados y nuestra salud se resiente si no logramos mantenernos activos. Es evidente que el deporte y la actividad física son la solución a nuestros problemas. Lo cierto es que la vida diaria, en muchas ocasiones, puede ser el mejor deporte. Si lo pensamos bien, cada día realizamos múltiples flexiones, sentadillas, empujamos cargas, realizamos gestos de remo, hacemos movimientos que implican a grandes grupos musculares, al core y un largo etcétera.
Un estudio de la Universidad Internacional de Valencia revela que en España, tan solo el 32% de la población realiza actividad física de forma regular (al menos dos veces a la semana). La OMS (Organización Mundial de la Salud) sitúa estos datos en un 60% de personas inactivas a nivel mundial. Esto supone un porcentaje muy elevado que se manifiesta en un gran número de lesiones, dolores y molestias musculares y otros aspectos que nos limitan físicamente.
Un gran número de enfermedades que sufren los adultos hoy en día están relacionadas con el sedentarismo y un estilo de vida poco saludable. Si quieres dejar de lado la hipertensión, obesidad, colesterol, artritis, sarcopenia (disminución del tejido muscular en la edad adulta), además de los clásicos dolores que provoca la inactividad física, tan solo tienes que realizar los consejos que te señalo a continuación.
Piensa que solo tenemos un cuerpo para toda la vida y debe mantenerse siempre en las mejores condiciones para disfrutar del mejor deporte que existe, la propia vida.
Cuando a nivel físico no nos encontramos bien, es inevitable que esa situación repercuta en nuestra actitud y predisposición a trabajar o realizar las tareas más cotidianas. Un simple dolor de espalda, una contractura a nivel cervical o lumbar, un dolor en las articulaciones… Como has leído al inicio del artículo ¿Quién no ha tenido alguna vez estas molestias? Cualquiera de ellas, o varias al mismo tiempo, pueden ser motivo más que suficiente para hacer que baje nuestro rendimiento y capacidad de realizar cualquier trabajo o actividad. Gracias a los beneficios de la actividad física podemos dotar a nuestro cuerpo de una protección y fortaleza extra que nos prevenga de esos típicos dolores musculares o de espalda y que hagan que nos encontremos mejor y con mayor vitalidad.
A continuación os voy a proponer una serie de secuencias de ejercicios que pueden ayudarnos a superar esas molestias de la mejor manera posible, a mejorar vuestra condición física y a ser más fuertes, siempre teniendo en cuenta que debemos acudir a los profesionales sanitarios ante cualquier dolencia para que realicen un diagnóstico y ponernos en manos de los profesionales de la actividad física y el deporte para superar las posibles lesiones, si las tenemos.
Alguna vez tiene que ser la primera, a veces, cuando buscas rutinas o planes de entrenamiento en seguida aparecen miles de ejercicios que puedes realizar en internet, en tu app de entrenamiento o en alguna revista como la nuestra. El problema es que a veces no pensamos en aquellos que nunca han realizado ejercicio y que por algún motivo, normalmente un desencadenante que tiene que ver con la salud, quieren comenzar ahora. Puede que parezca complicado pero realmente no lo es tanto.
Cuando hagamos actividad física tenemos que tener en cuenta una serie de consideraciones a la hora de elegir los ejercicios. Hay aspectos importantes que no puedes olvidar.
Hay que intentar implicar al core. Este tipo de trabajos repercuten directamente en la zona central de nuestro cuerpo (músculos de la región lumbar, estabilizadores de la columna, abdominales y glúteos) y aportan grandes beneficios a tu salud. Además, el trabajo propioceptivo y el equilibrio dinámico deben estar implicados. La propiocepción se encuentra estrechamente relacionada con el equilibrio, la coordinación y la capacidad de respuesta del sistema nervioso central. Deberías intentar involucrar a los grandes grupos musculares, tanto del tronco como de las piernas y sobre todo, tomártelo con calma pero de forma constante. El gran secreto de una buena condición física reside aquí, en ser constantes.