NEREA REBOLLEDA LÓPEZ, De 87 a 63 Kilos, con 160 cm, son 24 kilos menos en 2 años y lleva 4 años estabilizada en su peso. Pasó de la talla XL/46 a la M/40, y está en un 24% de grasa corporal.
Con 25 años aterriza en Madrid a hacer la tesis doctoral, sin haber cocinado en la vida, y durante 3 años sobrevive a base de la máquina expendedora del pasillo del laboratorio y dejando su rutina deportiva. En 2 años pesaba 20 kg más, no conseguía bajar de peso, y además con un diagnóstico de hipotiroidismo. Pero con una dieta saludable, ejercicio y yoga y aprendiendo a controlar el estrés y la ansiedad, Nerea no sólo ha perdido 24 kilos, además se ha convertido en una persona nueva, que come mejor, y en una gran deportista y yogui, que se atreve hasta con triatlones y lo que vaya llegando.
“Tras acabar la tesis y pesando casi
90 kg, un parón laboral me obligó a replantear mi vida y ahí apareció mi nutricionista que me devolvió como 10 años de salud que había perdido. Los primeros diez kilos los adelgacé rápido yo sola, pero ya había hecho otras dietas y había adelgazado antes, y luego lo recuperaba. Esta vez estaba decidida a no recuperar los kilos y a aprender a comer de forma saludable y sin ansiedad, y cambie la estrategia para adelgazar con una dieta que controlara mis problemas de ansiedad con una nutricionista y con ejercicio físico.”
¿Por qué crees que habías engordado? Todo el estrés de mis días como investigadora lo aplacaba comiendo y siempre era igual: la semana que viene me pongo, fuera dulces, orden de comidas… pero no terminaba de ocurrir.
¿Qué cambió esta vez en comparación con las dietas anteriores? Uno de los problemas por los que engordé fue porque no sabía cocinar ni cómo organizar mi alimentación, aparte de que dejé total y absolutamente de hacer deporte. Aprendí a cocinar porque me compré un robot de cocina de segunda mano, la mejor inversión de mi vida, ¡las recetas siempre salían buenas! Además me permitía hacer el domingo el menú de toda la semana.
Tenerlo todo cocinado y preparado me ayudó a reducir la ansiedad por comer y distribuir mejor la ingesta a lo largo del día. ¿Por qué te planteaste adelgazar? Por salud física y mental. Cuando acabé la tesis todo cambió, lo dejé con mi pareja de 10 años, estaba con una baja laboral y con mucha ansiedad. Me planteé que antes que volver a casa de mis padres y perder todo lo que había conseguido a nivel personal y profesional, tenía que conseguir cambiar mi vida, aprovechando los meses de paro, volví a estudiar y fui a un tratamiento de acupuntura para la ansiedad. El acupuntor me dijo que sí, que tenía un problema de ansiedad, pero si seguía así, iba a acabar con una enfermedad metabólica en unos años. Me recomendó ir a una nutricionista y adelgazar y así lo hice.
Yo pensaba, que estaba así porque tenía un problemas de tiroides, pero un día haciéndome una analítica, la enfermera me dijo que ella era hipotiroidea, y que no tenía sobrepeso, que sí, que por nuestra condición nos costaba más perder peso, pero que eso no debía limitarme para no adelgazar. Me hizo pensar y cambiar mi mentalidad.
¿Qué tipo de dieta o alimentación has
seguido? Una en la que comes de todo pero a sus horas, muy mediterránea y con nutricionista (Lydia Zaragoza). Ella me dijo que estaba gorda porque estaba muerta de hambre, ya que comía por la noche porque no había comido nada durante el día, y un simple bocata por la noche me producía mucho altibajo de glucosa. Me enseñó a comer por la mañana, con un desayuno y algo a media mañana y a cenar más ligero, para conseguir no tener picos de insulina y mantener estables a lo largo del día los niveles de glucosa.
¿Qué deportes o ejercicios has hecho
para adelgazar y mantenerte? Retomé mi deporte base, la natación, al principio de comenzar la dieta y de ahí apareció el