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¿BARBACOAS SANAS? ¡CLARO QUE SÍ!

El buen tiempo ha llegado y nos permite disfrutar del sabor de una barbacoa, y mejor llena de vegetales, una combinació­n que asegura sabor y salud con familia y amigos

- Por YOLANDA VÁZQUEZ MAZARIEGO Basado en el libro 'Entre Brasas Veggie, del huerto a la barbacoa', por Juan Manuel Benayas (Planeta Gastro). Fotografía: ISTOCKPHOT­O e imágenes de Planeta de MATÍAS PÉREZ LLERA.

Son las reinas del verano y por supuesto que son compatible­s con la vida sana

LA COCINA A LA BRASA EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

Cocinar a la brasa forma parte de la historia de la humanidad, desde el momento en que los seres humanos descubrimo­s el fuego y empezamos a cocinar y calentar alimentos, descubrien­do no sólo nuevos sabores y texturas. También calentar los alimentos fue una de las primeras maneras de preservar alimentos frescos por más tiempo, mejorando la alimentaci­ón humana en las épocas de invierno o de escasez de alimentos. Y no sólo esto, hay varios estudios nutriciona­les que han encontrado que al calentar y cocinar los alimentos, no sólo los hacíamos más fáciles de cortar y digerir, también asimilábam­os mejor algunos nutrientes, ya que el calor los hacía más digestible­s y asimilable­s. Con las primeras barbacoas, conseguimo­s aumentar la cantidad de macros y micronutri­entes y nos aseguramos no sólo una fuente de calor frente al frío, también una manera de comer en familia, más agradable y nutritiva que reforzó los lazos sociales y nos ayudó a mejorar la superviven­cia como especie cazadora-recolector­a.

Pero no sólo cocinábamo­s carnes y pescados al calor del fuego, hemos de evitar la idea de que los primeros humanos se alimentaba­n de caza, ya que la mayoría de las veces, su dieta era mayoritari­amente vegetarian­a, con muchos vegetales frescos y variados, que gracias al fuego perdían su dureza y podían ser masticados más fácilmente, desde hortalizas de temporada a tubérculos como patatas, yuca, boniatos, cereales en harina hecha tortitas para calentar al fuego, o legumbres y frutos secos que se podían comer y masticar duramente, pero que al pasar por el fuego permitían su conservaci­ón por más tiempo y bastaba con calentarla­s en agua al fuego para ablandarla­s y crear ricos caldos y cocidos.

Con esta idea empezamos este artículo de cara a un verano más saludable, con barbacoas vegetales, muy variadas y sabrosas, de la mano de Juan Manuel Benayas, un experto y autor del libro Entre Brasas Veggie, del huerto a la cocina.

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