SUELO PELVICO… ¡TAMBIEN PARA HOMBRES!
Su entrenamiento se asocia a las mujeres, pero a los hombres también les hace falta tonificar la zona. Te contamos por qué y te explicamos cómo trabajarlo.
SI piensas que sólo es un problema de mujeres, estás muy equivocado
El suelo pélvico es un conjunto de planos musculares y aponeuróticos de tejido conjuntivo que forman la base dentro de la estructura de la pelvis. La función más importante del suelo pélvico es la de sostén de las estructuras que se encuentran dentro de la pelvis, con vísceras implicadas en la micción, la defecación y la actividad sexual. Y sí…los hombres también tienen suelo pélvico.
Las disfunciones de suelo pélvico afectan a todos los grupos de población, aunque más frecuentemente a las mujeres, pero los hombres también las sufren. Hasta 2 de cada 10 hombres tienen en algún momento alguna patología relacionada con estas estructuras, tal y como indica el Dr. Javier Cambronero, jefe de Servicio de Urología del Hospital QuirónSalud San José y Especialista en patología del Suelo Pélvico.
Aunque la principal causa de disfunción en el hombre son los síntomas miccionales por obstrucción prostática y la incontinencia tras prostatectomía en cáncer de próstata, pueden aparecer otras patologías sin causa quirúrgica previa como el dolor pélvico crónico, la prostatitis crónica o disfunciones sexuales como la disfunción eréctil y la eyaculación precoz.
Cada una de estas disfunciones ha de ser diagnosticada por el Urólogo, y en la mayoría de los casos, la Fisioterapia puede formar parte del tratamiento ayudando a la mejora de los síntomas y la calidad de vida del paciente (1).
En los casos donde los músculos del suelo pélvico se vean debilitados o afectados y puedan causar incontinencia o disfunción eréctil, como parte del tratamiento se encuentra el tratamiento conservador, con la realización de ejercicios específicos de la musculatura del suelo pélvico tal y como indica Hodges W. Paul en un estudio publicado en 2019 (2). Estos ejercicios se pueden realizar ayudándonos de herramientas como el biofeedback y la electroestimulación, dos técnicas de tratamiento no invasivas e inocuas para el paciente. En el caso donde el paciente refiere dolor, como puede ser la prostatitis crónica, el tratamiento de fisioterapia irá dirigido a disminuir el dolor incluyendo técnicas de tratamiento manual o instrumental, como son la radiofrecuencia y las ondas de choque, y el ejercicio irá dirigido más a la relajación y estiramiento de la musculatura afectada. El tratamiento con ondas de choque también se utiliza en la enfermedad de Peyronie y la disfunción eréctil.
Los ejercicios específicos de la musculatura del suelo pélvico consisten en realizar la contracción de los músculos que cierran el esfínter y que sujetan los órganos de la pelvis (3). Es importante que estos ejercicios sean pautados y enseñados por un profesional especializado como es un fisioterapeuta del suelo pélvico, ya que deben ser adaptados a cada paciente y el entrenamiento sea individualizado para cada uno de ellos. La pauta que solemos dar a los pacientes para que realicen una contracción correcta ha de ser la de “cortar el chorro miccional” y se puede realizar en distintas posiciones, desde una posición facilitadora como es tumbado o en posición del mahometano, a de pie, donde se dificultará la contracción al ir en contra de la gravedad. No recomendamos realizar esta contracción mientras se está miccionando, y habrá que combinar contracciones lentas y rápidas para ejercitar los diferentes tipos de fibras del músculo estriado.
Entre los errores más comunes a la hora de realizar estos ejercicios es compensar la contracción del suelo pélvico con otra musculatura como son los glúteos, aductores o el recto del abdomen, o hacer una apnea durante la contracción. La respiración debe ser fisiológica (4).
Es importante entender, que no sólo se deben realizar ejercicios específicos de suelo pélvico, sino de todo el complejo abdomino-pélvico y lumbar, es decir, lo que todo el mundo conoce como el CORE y a lo que los fisioterapeutas llamamos control motor.
Para prevenir y tratar las principales disfunciones de suelo pélvico es imprescindible el trabajo del control motor, o lo que es lo mismo, enseñar al paciente a moverse desde la estabilidad, una estabilidad dentro del movimiento. Todo nuestro cuerpo ha de moverse con una preactivación de la musculatura más profunda del abdomen, del suelo pélvico y de la zona lumbar a la hora de tratar y prevenir lesiones del complejo abdomino-pélvico y lumbar. De hecho, muchas lumbalgias de repetición están relacionadas con disfunciones del suelo pélvico.
Numerosos estudios como los de Sapsford y O´Sullivan (5), han demostrado que cuando una articulación está en posición neutra hay una mayor activación de esta musculatura estabilizadora; que antes de cualquier movimiento, voluntario e involuntario, esta musculatura se debe activar; y también que a través de la respiración, concretamente de la exhalación, hay mayor activación de esta musculatura con lo que, simplemente con mantener una correcta postura y realizar cualquier ejercicio con una exhalación en el esfuerzo, ya se está realizando ejercicios para trabajar tu suelo pélvico profundo, el transverso y los multífidos, músculos situados en la parte posterior del tronco.
Puedes realizar ejercicios como una sentadilla básica o una plancha en la recuperación de la musculatura de tu suelo pélvico, pero si realizas este tipo de ejercicio, lo debes hacer manteniendo la columna en posición neutra y autoelongación, de esta manera se estará incidiendo más en el trabajo del suelo pélvico profundo y de tu faja abdominal. Por lo tanto, como parte de nuestra rehabilitación en pacientes con disfunciones de suelo pélvico por debilidad o falta de control motor, parte de los ejercicios serán estos. Pero para llegar a eso es importante previamente enseñar al paciente a realizar una correcta contracción.