Auge y caída de una ‘start up’
En mayo de 2020, John Foley estaba exultante. El fundador y, en aquel momento, CEO de Peloton hacía realidad un sueño: el crecimiento de sus acciones se elevó por encima del 400% en aquel año y la empresa llegó a valer más de 50.000 millones de dólares en Bolsa.
Con la población confinada en sus hogares se disparó la demanda de sus bicicletas estáticas y sus cintas de correr con pantallas conectadas a Internet. Sin embargo, cuando los gimnasios volvieron a abrir sus puertas, se encontró con un desplome de las ventas y un exceso de ‘stock’ que supuso el principio del fin. Estos problemas explotaron a comienzos de 2022, cuando Peloton comunicó que iniciaría una reestructuración: Barry McCarthy, exdirector financiero de Spotify, sustituyó a Foley como CEO y anunció el despido de 2.800 empleados. La compañía cerró el último año fiscal con unas pérdidas de más de 2.800 millones de dólares, frente a los 189 millones del ejercicio anterior, y sus ingresos han caído un 11%. Tras perder peso en la gestión de la empresa, John Foley dimitió finalmente el mes pasado. Ahora Peloton aborda una peliaguda transición para convertirse en un modelo de suscripción.