En la localización está la clave del fraude
Tras levantar hace unos meses una ronda de financiación de 2,1 millones de euros, la ‘star up’ vasca Ironchip ha podido dar un buen impulso a su herramienta de identidad digital: se basa en la localización del usuario para determinar si es la persona que dice ser y no alguien que le suplanta. “Con ella podemos detectar y verificar dónde se encuentra el cliente de un banco, gracias a las ondas de radiofrecuencia wifi del espacio que utiliza para hacer, por ejemplo, una transferencia. Realizamos un seguimiento de su lugar habitual para operaciones bancarias, que normalmente se hacen desde casa”, explica
Julen Martínez, cofundador de la compañía. “Si detectamos que una transferencia de 10.000 euros se hace desde un lugar inusual para ese cliente, como Marrakech, se informa de inmediato que la cuenta ha sido ‘hackeada’”. Varios bancos, entre ellos Abanca –inversor en la compañía–, utilizan ya esta tecnología.