“Ahora persigo la serenidad”
La actriz, de 82 años, sigue teniendo ‘Algo que celebrar’ y es la abuela más buscada en teatro, cine y televisión. Un día tranquilo, un café y… un libro
Nació y creció en el barrio obrero Poble Sec, de Barcelona, y estudió dibujo en su adolescencia, pero Julieta Serrano se aficionó enseguida al teatro. Debutó en Madrid en 1958 con La rosa tatuada, bajo la dirección de Miguel Narros. Reconocida chica Almodóvar ( Átame, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Matador…), ha trabajado con Jaime de Armiñán, Gracia Querejeta y Carlos Saura. La actriz, de 82 años, recogerá la Biznaga de Plata a toda una carrera en el Festival de Cine de Málaga.
“En los últimos años hemos retrocedido una barbaridad”
¿En qué medio te sientes mejor?
El escenario es gratificante porque me llaman para buenos montajes, como El malentendido, que hice con Cayetana Guillén Cuervo en 2013, o Éramos tres hermanas (Variaciones sobre Chéjov), con Carles Alfaro, en 2014. A la televisión le han afectado los recortes, hay mucha presión… y yo soy mayorcita (risas).
¿Cultura o entretenimiento?
El teatro es sagrado, imprescindible. Todo es cultura, sea drama o comedia y también entretenimiento ya que siempre consigue emocionarte. García Lorca lo dijo claramente: “La vida y la energía de un país se miden a través de la cultura”.
¿Qué opinas de la situación actual?
Pasamos por un túnel en el que la luz está lejos. Que educación, sanidad y cultura estén tan mal, me resulta muy doloroso. Yo pasé la postguerra y después de alcanzar un nivel de vida aceptable, en los últimos cinco años hemos retrocedido una barbaridad.
¿Recuerdas tu primera obra?
Fue casera. Yo era Doña Inés y mi padre, el Tenorio; él fue un actor frustrado que se hizo administrativo para mantener a su familia.
¿Sigues teniendo nervios?
Sí, siempre antes de un estreno. Y aun así, me apasiona, aunque la edad se nota cuando tienes que aprender un guión.
Con Almodóvar trabajaste mucho.
Le conozco desde 1976. Ya entonces me pidió que trabajara con él, pero yo creía que era dramática y que no pegaba. Luego le conté a Carmen Maura que me había arrepentido y él me llamó.
Transmites paz a través de la mirada. ¿Eres una mujer calmada?
Soy de altibajos. Me flagelo cuando no hago algo tan bien como quiero. Por eso ahora persigo la serenidad. He hecho yoga y practico meditación porque mi trabajo es estresante.
¿Echas de menos no tener hijos?
No. Lo veo con naturalidad. Cuando tenía 41 años me planteé ser madre; tal vez porque mantuve una relación durante diez
¿Te gusta el café?
He tomado litros mucho tiempo, pero ya no, ahora desayuno fruta y té.
¿A quién invitarías?
Siempre he adorado al poeta, ensayista e historiador polaco Ryszard Kapuscinski, autor de Ébano y premio Príncipe de Asturias
¿Y a quién no darías ni agua?
A los que mandan actualmente en la cultura española. El ensayo Anatomía de un instante,de Javier Cercás. Invierno, cafelito y… algo esperanzador. Que vayamos adelante, que mejoremos todos en esta situación tan tremenda que nos ha tocado vivir. años. Luego pensé que había sido una fantasía. En este momento ejerzo de tía abuela con los hijos de mi sobrina, a los que adoro.
De un sorbo
¿Sigues dibujando?
Me gané la vida así hasta que cumplí los 24. Tenía habilidad, y estuve cinco años en un taller de artes suntuarias, haciendo obras pequeñas pero grandes en belleza. Sin embargo, no soy muy creativa y llevo mal la soledad del artista; soy más sociable y necesito relacionarme con gente.