Kandinsky, una retrospectiva
El año que viene se cumple el 150 aniversario del nacimiento del padre del arte abstracto y el centro madrileño lo celebra con Kandinsky, una retrospectiva, que reúne 80 obras entre pinturas, dibujos, grabados y fotografías, la mayoría procedentes de la donación que Nina Andreevskaya, su excéntrica viuda, realizó al Pompidou de París en 1980.
Sus inicios
La exposición se divide en cuatro partes que muestran cronológicamente su evolución, enmarcada en cuatro ciudades.
El artista ruso (1896-1914) llegó a Múnich a los 33 años para estudiar pintura; allí escribió De lo espiritual en el arte, un análisis de sus ‘experimentos’ que le convirtió en pionero de la abstracción, y fundó el grupo expresionista El jinete azul.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, se marchó a Moscú (1914-1921), donde se casó, se implicó en la Revolución de Octubre y pintó En el gris, una de sus piezas fundamentales. Cansado de los burócratas soviéticos, emigró a Alemania, a Weimar y Dessau (1921-1933), sedes de la escue- la de arquitectura y de arte Bauhaus, donde impartió clases y vivió su periodo más fructífero.
Fin en París
En París (1933-1944) entabló amistad con Miró y Jean Arp y fue incluido en la lista de artistas degenerados. Murió sin ver cómo los nazis eran derrotados.
Destacan las obras, Sobre puntas, Improvisación III e Impresión V, En blanco II, Amarillo- rojo- azul, Cielo azul, Trama negra, Fiesta privada y Acuerdo recíproco, cuadró que veló su cuerpo tras su muerte en su taller en 1944.