Un día en ‘GH’
Pasamos una jornada en las entrañas de la casa de Guadalix de la Sierra, nos colamos en la ‘cruz de cámaras’ y hablamos con los cerebros del reality. Juev. 19, 21.50 h. Telecinco.
Son las doce y media de la mañana y los habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra, en Madrid, empiezan a despertarse. “Les hemos puesto un poco de música para ver si se espabilan”, dice Gustavo García, periodista de la redacción anexa. Estamos en el epicentro de
Gran Hermano, donde nos recibe parte de su equipo para desvelarnos los secretos de este reality que, tras 16 ediciones, sigue atrapando a la audiencia.
Nuestra visita empieza en el control, una habitación iluminada solo por el reflejo de los monitores, a través de los cuales tres redactores, dos realizadores y dos opera- dores de cámara siguen los movimientos de los concursantes.
Se organizan en turnos de ocho horas y graban cuatro señales al mismo tiempo, dependiendo de la zona de la casa en la que exista actividad. En total, obtienen 600 horas de vídeo a la semana, de las que solo se emiten dos en la gala. “Las imágenes van pasando filtros y filtros de selección hasta quedarse en eso”, explica José Luis Larrauri, Larry, director de realización.
“No sé si Quique se va a levantar, ponme general en el dos”, pide Gustavo. Efectivamente, el concursante, que el día de nuestra visita se encontraba en el apartamento de ‘repesca’, ya está en pie y todos permanecen pendientes. La casa cuenta con 64 cámaras que, controladas por unos mandos que recuerdan a los de las videoconsolas, siguen los movimientos de los habitantes. ¿Y qué pasa con los baños?
En la sala de control llama la atención que dos de los monitores están cubiertos por un papel semiopaco en el que se adivinan las siluetas… “Son los servicios –aclara Larry–. Esas cámaras tienen señal, pero no se graba con ellas. Tenemos que saber dónde están los chicos en cada momento. En una edición de El reen
cuentro, una de las participantes se dio un golpe tonto y se cayó…
“En los baños hay señal pero no se graba”
(José Luis Larrauri)
Imagínate que pasa en el baño y no nos enteramos. Es una cuestión de seguridad”.
En la ‘cruz de cámaras’
Pegada a las oficinas, en las que trabajan unas 200 personas, está la casa, a la que se accede por unos pasillos oscuros conocidos como ‘cruz de cámaras’. Es el punto donde mejor se observa todo lo que ocurre en el interior ya que, tras unas cortinas negras, se encuentran las ventanas que dan a las estancias y que para los concursantes son los famosos espejos. Vestidos con ropa oscura y en silencio, vamos recorriendo una por una las habitaciones, el salón, el jardín, el jacuzzi, activo desde primera hora… Es la vida en directo.