El teleadicto

“¿Hasta dónde son capaces de llegar los políticos para ganar votos?”, me preguntaba el otro día mientras veía en las noticias a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, subida en un globo a lo Willy Fog junto a Jesús Calleja, y con cara de susto ante un aterrizaje de emergencia. A los del PP deberían prohibirles subir en objetos volantes. Y si no que se lo digan a Mariano Rajoy… Tampoco se quedó atrás Albert Rivera jugándose la vida en Planeta Calleja. Más sosegado, al menos en cuanto a esfuerzo físico se refiere, fue el encuentro entre los dos Pablos, Iglesias y Motos. El ‘buenrrollista’ presentador de se transformó de manera inusual en la versión masculina de Ana Pastor y repreguntó hasta la saciedad en busca de un titular que nunca llegó. Eso sí, consiguió que el líder de Podemos se arrancase a cantar un tema de Javier Krahe, guitarra en mano. Al menos este ten con ten no fue tan soporífero como el de Pedro Sánchez con Ana Blanco en La 1. ¿Se habría tomado un par de tilas o hasta él mismo se estaba aburriendo con su discurso? Y, además, metió la pata al decir que la ley del divorcio llegó con Felipe González, si fue Adolfo Suárez… Eso sí, el secretario general del PSOE, con un traje a lo George Clooney, podría tener muchas pretendientas si ocupase el trono de Mujeres y hombres y viceversa, y Emma García estaría encantada de tenerlo en plató. Y seguramente, María Teresa Campos los recibiría con los brazos abiertos en ¡Qué tiempo tan feliz!, y Mercedes Milá en Gran Hermano. Sería muy loco ver al actual presidente llevando la inmunidad a los concursantes y pidiéndoles el voto a través del plasma. En campaña todo vale.