En los cuatro continentes
mas en EE.UU.; a los sistemas de fabricación textil en China, que permite que podamos comprar vaqueros baratos … Vamos al epicentro del problema para mostrarlo a la gente.
¿Reflexionar sobre ello puede ayudar a solucionar estos problemas?
Sí. Puede crear conciencia social y que poco a poco se sumen voluntades que propicien el cambio.
¿Dónde hubo más trabas?
En China y en Qatar, por la burocracia, y porque son sociedades sin la cultura de la información libre.
¿Puedes concretar?
En China, pasamos un día en el aeropuerto porque nos requisaron el material. Y luego descubrimos que el país está plagado de cámaras. Además, es imposible grabar porque cada diez minutos te para un policía.
¡Has entrado en la NASA!
Sí, fue un privilegio que se logró gracias a seis meses Muestra lo último en tecnología 3D, en Israel; el Banco Semillero del Día Juicio Final, en Svalbard, Noruega; la mayor fábrica de móviles, en Shenzen, China; la cuna de internet, en Silicon Valley, EE.UU., y el desierto de los prodigios, en Qatar.
de trabajo de mi gran equipo de producción. La perspectiva de que en 12 años se pueda vivir en la Luna, me ha marcado. También Google nos ha dejado entrar en sus instalaciones.
El trabajo más impactante…
La impresión en 3D, en Israel, donde son pioneros. Fue visionario del futuro.
Como reportero, ya eres un referente. ¿Sientes mucha responsabilidad?
Siento que soy un privilegiado por poder informar de temas sociales con cercanía, veracidad y rigor.
¿Tu línea roja para no caer en el sensacionalismo?
Mi línea roja es la verdad, apoyado, eso sí, en recursos televisivos, como el ritmo del montaje o la música..
¿Qué tal ves la salud del reporterismo en nuestra televisión? ¿Tiene futuro?
Es un genero que no deja de crecer y de ocupar más tiempo de emisión. ¡Ojalá siga siendo así!