‘Cuarto Milenio’.
Orgulloso de su trabajo, piensa que el suceso más paranormal que ha vivido es permenecer 12 años en televisión.
Iker Jiménez y los misterios de Sisla, Toledo
Tenían la posibilidad de pasar una noche dentro de la Pirámide de Guiza o de viajar a un lugar exótico, pero Iker Jiménez y Carmen Porter decidieron celebrar su programa 500 en Toledo para reivindicar atención a los misterios de España. “Queríamos que la gente se quedara atrapada mirando la tele. Ha sido la primera vez que una cámara ha podido entrar en un recinto militar”, desvela Carmen a los periodistas que acudimos a visitar este enigmático y misterioso lugar.
Llevan ya 12 años en pantalla y Cuarto Milenio se ha convertido en el programa más longevo de las nuevas cadenas que nacieron en 2005. La edición 500, realizada en las ruinas del antiguo Palacio de Sisla, cosechó un magnífico 9,4, y esta temporada está siendo la más exitosa de las últimos diez. Iker está encantado y se le nota.
Colaboración militar
“No me esperaba tener tanta colaboración del estamento militar”, asegura Iker Jiménez. “Todo fue posible gracias a Pedro Baños, una institución mundial en geopolítica”. El coronel estuvo en Sisla como cadete y allí los guardias le contaron historias sobre el lugar. “Se lo ofrecí entonces a Iker, pero le avisé de que sería imposible conseguir los permisos”, desvela Baños. A pocos kilómetros de Toledo, en la Academia Militar de Infantería, existe una zona restringida dedicada a maniobras militares. En ella se encuentra el palacio de Sisla, construido sobre los cimien-
“Creo en la evidencia, no en lo evidente”
tos de un monasterio jerónimo del siglo XIV. Iker nos llevó hasta los asientos decorados por el pintor y ceramista Daniel Zuloaga, donde los fenómenos comenzaron a desarrollarse. “Puede ser un lugar de recreo, pero si analizamos la distribución de las sillas y los dibujos de figuras mitológicas, podrían ser verdaderas las leyendas que dicen que aquí se realizaban ritos satánicos”, explica el presentador. En ese lugar, el perito forense Luis Alamancos sintió como si una daga se le clavara en la espalda. “Él estaba aquí para aportar rigor, pero decía que se sentía mal cada vez que entraba dentro del círculo”.
Los bancos, como pudo comprobar Supertele, transmiten cualquier susurro al resto, y Duff, el pastor alemán entrenado para lo- calizar explosivos que enloqueció con uno de los asientos, volvió a comportarse de la misma forma delante de los periodistas.
La visita continuó por las caballerizas en las que los sensitivos Aldo Linares y Paloma Navarrete, cada uno por separado, afirmaron que había cuerpos enterrados. “Yo creo en la evidencia, no en lo evidente. Que alguien tenga ese tipo de poder me resulta raro, pero os doy mi palabra de que ellos no sabían adónde iban y describieron los mismos sucesos”. Sobre las voces de unos niños gritando “¡Fuera, fuera!”, Iker y Carmen son tajantes: “Las oímos perfectamente y los militares que nos acompañaban también. Nunca habíamos pasado una noche como esa”.
“Nunca había vivido una noche como esa”