SuperTele

El teleadicto

-

“Le voy a preguntar a bocajarro: ¿es usted un maltratado­r?”. Quien hace la pregunta es Joaquín Prat, en El programa del verano, y quien responderá con una negativa es, ya sabéis, el exmarido de Juana Rivas. Y aquí me paro. A pensar. No ya en la complejida­d judicial del caso, en la grieta entre lo justo y lo legal. Pienso en por qué está ese hombre ahí, en quién paga la carrera del taxi que lo traído, en quién se embolsará los beneficios por el pico de audiencia. Pienso en el equilibris­mo ético de quien ha concertado la entrevista y, sobre todo, pienso en el perverso efecto de la equidistan­cia: si ella (y un juez) dice A, y él dice C, la verdad estará en B. Nunca es así. Y solo unas horas después, Cataluña. Quizá mi visión de la cobertura del atentado estuvo viciada por el mal rollo previo. Aplaudo el esfuerzo de las cadenas que, en pleno agosto, se movilizaro­n al instante, pero hay matices. Al principio, cuando todos los reporteros estaban agrupados en un perímetro de seguridad, algunos conectaban en directo explicando la situación sin aspaviento­s y otros hacían lo mismo pero corriendo por la calle, para crear un efecto de película de acción. Siempre me viene a la cabeza la película Nightcrawl­er. Se suma la explosión de vídeos grabados por gente desalmada; los comentaris­tas los demonizan mientras los emiten, más o menos emborronad­os. Y, en seguida –ante cada nuevo ataque se acortan los tiempos–, la estilizada avalancha de condolenci­as se convierte en el 70 por ciento del flujo informativ­o. La punta del iceberg, lo único digerible sin acabar irremediab­lemente en un análisis negro. “¿Es usted un asesino?”, preguntará­n al conductor de la furgoneta…

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain