Alec Baldwin
triunfa con su imitación de Trump en Saturday Night Live, en Movistar +
Histriónico y vehemente, Donald Trump es el político ideal para cualquier imitador. Su rostro, sus gestos, su énfasis al hablar… “Nadie antes había atraído tanta atención, ¡es increíble!”, exclama Alec Baldwin, flamante ganador del Emmy a Mejor Actor de Reparto de Comedia por su sátira en Saturday Night Live.
Su parodia del presidente de EE.UU. no es la única, pero sí la más aplaudida. Incluso ha disparados los datos de audiencia del programa, el más longevo de la televisión dedicado al humor, con más de diez millones de espectadores: “Interpretarlo fue como saltar al vacío, pero reconozco que me está dando muchas alegrías”.
¿Cómo preparó el papel? “Recuperé imágenes de su reality El aprendiz y me fijé en algunas de sus apar iciones. Confieso que no es difícil imitarlo. Su aspecto y sus ademanes son bastante reconocibles”. Entenderlo le resultó más complicado: “Pensé que después de ganar las elecciones cambiaría, pero no. Sigue siendo el tipo amargado y miserable de siempre”.
Su crítica es más política que personal: “No le odio, ni mucho me- nos, solo creo que no era el mejor presidente. Muchos compatriotas, como mi hermano Stephen [que apoya a Trump y le pidió que dejara de imitarlo], quieren respuestas fáciles para problemas difíciles y, quizás, el destino de nuestro país ya no sea liderar el mundo…”.
La reacción del presidente
¿Y Trump qué opina de sus parodias? “Son totalmente partidistas, nada graciosas y Baldwin no lo puede hacer peor”, ha publicado en Twitter. Al público, sin embargo, le encantan y su aparición es la más esperada en el show de la NBC. El actor no descarta llevar el personaje a otros formatos. “Es tanta la gratitud y admiración que tenemos por su forma de gobernar, que el Sindicato de Guionistas debería darle más crédito”, dice con ironía. Su carrera, de hecho, se ha revitalizado. Sin ningún papel importante desde su participación en Blue Jasmine, de Woody Allen, en 2013, ahora tiene dos filmes por estrenar y está rodando la sexta parte de Misión Imposible con Tom Cruise: “Imitar a Trump me ha beneficiado, desde luego. Acabo de escribir un libro sobre mi vida y confieso que no he cuidado mi trabajo como debería. He sido mi peor enemigo. Daniel Day-Lewis, por ejemplo, hace una película cada tres años, y eso le permite aprovechar más su creatividad. Y el público lo idolatra”.
Además, cree que llegará un punto en el que dejará de ser gracioso: “Si su deriva política es esta, habrá un momento en el que no tendremos ganas de reírnos… Su negación del cambio climático, por ejemplo, me parece muy preocupante”. Por dinero tampoco va a ser, ya que solo cobra 1.400 dólares por parodia, una cifra ‘ridícula’ para una estrella de Hollywood.
Demócrata convencido, su próximo trabajo televisivo será The Looming Tower, también con la política como escenario. Basada en el libro homónimo de Lawrence Wright, ganador del premio Pulitzer, reflexiona sobre cómo la rivalidad entre el FBI y la CIA pudo alimentar el atentando de las Torres Gemelas y el poder de Osama Bin Laden y Al-Qaeda.
“Su aspecto físico y sus ademanes son fáciles de copiar”
“Llegará un punto en que este señor no nos hará gracia…”