El teleadicto
Quería empezar la columna aplaudiendo que finalmente Mediaset emita los partidos de la selección de baloncesto, pese a los boicots entre federaciones que han antepuesto vergonzosamente sus intereses a los del público y al deporte. Rectificar es de sabios y nuestro basket lo merece. Sin embargo, siento que me dan una de cal y otra de arena, como Merche. Me refiero a la decisión de estrenar El accidente el mismo día que Traición. Está claro que una cadena privada puede hacer lo que quiera con su parrilla, pero de fondo se fomenta un canibalismo entre la ficción española que va contra una industria en pleno proceso de cambio. Y quizá, si la mimamos justo ahora entre todos, de aquí puede salir algo muy grande que a la larga beneficiará a todos. Abogo por que se instaure una tregua táctica entre los grandes grupos, un pacto de no agresión para dar alas a unas series que en ya en muchos casos logran volar por todo el mundo. Es una lástima que la guerrilla de la programación zancadillee a ciertas producciones que después lo tienen muy difícil para remontar, y a ver quién se vende en un mercado internacional cuando no ha brillado ni en su país. Igual que nos enorgullecemos cuando una peli española compite en los Oscar o, volviendo al deporte, cuando un tenista, piloto o equipo de basket es admirado en todas partes por sus logros, deberíamos albergar esa clase de respeto por nuestras series, que son el producto cultural más en boga en todo el mundo. Ved La zona, ved Vergüenza, rescatad (si os la perdisteis) La casa de papel, dadle una oportunidad a Traición y a El accidente. Si eres seriéfilo, alguna te engancha, seguro.