Seis bodas y muchas sorpresas
Casados a primera vista 12 participantes se someten a un test de compatibilidad para encontrar el amor
Encontrar al amor de tu vida en televisión y que lo elijan por ti, no parece la mejor idea, pero en la cuarta temporada de Casados a primera vista hay doce aspirantes dispuestos a probar suerte. “La novedad es que las parejas son muy diferentes entre sí, y además tenemos un matrimonio de chicas”, dice Susana Pé- rez, subdirectora de Contenidos de Entretenimiento de Boomerang.
Los más tiernos
En el casting, 500 personas se sometieron al test de compatibilidad y los elegidos tienen un rasgo en común: su autenticidad. “Nuestros participantes siempre han sido muy de verdad, pero esta vez destaco a Alexandra y Adrián. Pese a su juventud, no son nada frívolos y me han en- cantado por su ternura y su gracia. Su evolución será una sorpresa”.
Ella, toledana y dependienta en un puesto de golosinas, asegura que “hay que besar muchos sapos hasta encontrar al príncipe azul”. Y él, que trabaja en una tienda de ropa en Madrid, nunca ha tenido pareja y desea “estar para siempre atado a una chica”, pese a tener solo 23 años.
Rechazo familiar
La reacción de las familias, airada en ocasiones, también llama la atención de los espectadores. “Es normal, sobre todo porque la mayoría no sabe nada y, de repente, se encuentran de boda en México y frente a un desconocido que va a formar parte de su familia”, explica Susana.
El momento del altar es el “más esperado”, la luna de miel el “más divertido” y la convivencia el “más delicado porque es cuando aparece lo mejor y lo peor de cada uno”.
En las entregas anteriores hubo más rupturas que aciertos, porque “el amor no son matemáticas”, pero el método tiene una base científica.
“La prueba de fuego es la convivencia”
(Susana Pérez)