Buñuel en escena
En 1962, Luis Buñuel, exiliado en México, estrenó El ángel exterminador, una de sus mejores pel ículas y la gran sorpresa del festival de Cannes donde recibió Premio Fipresci de la crítica internacional y el Premio de la Sociedad de Escritores del Cine. Con una imaginativa combi- nación de surrealismo, sordidez y simbolismo, el cineasta de Calanda mostraba, sin piedad, la desintegración la burguesía, una clase social encerrada en sí misma, a través de un grupo de amigos en una fiesta, y representada sobe todo en la estupenda actriz mexicana Silvia Pinal.
Convertida en ópera que Thomas Adès estrenó en el Metropolitan de Nueva York el pasado mes de noviembre, ahora llega su versión teatral.
Una velada fatídica
Blanca Portillo es la encargada de dirigirla a partir de la adaptación de Fernando Sansegundo, con el que ya había trabajado en La avería, y cuenta en su reparto con una veintena actores tan conocidos como Inma Cuevas, Alberto Jiménez, Dani Muriel, Cristina Plazas o Alex O’Dogherty.
Tras una velada de ópera, un grupo de amigos se trasladan a la mansión de los Nóbile en la calle Pro- videncia para disfrutar de una cena tranquila. Cuando deciden irse, los invitados descubren que, por razones inexplicables, no pueden salir de la casa. Pasan las horas y los días y la amabilidad y camaradería dan paso al recelo, la desidia y la histeria mostrando sin tapujos las miserias humanas.