Desengánchate un rato
La tecnología puede tener una cara B cuando se convierte en una adicci—n, sobre todo para los j—venes, los m‡s vulnerables. Impedirlo est‡ en nuestras manos con un poco de disciplina.
Pierdes la noción del tiempo cuando estás conectado a internet? ¿Chequeas el móvil de forma automática? ¿Te sientes inquieto si lo dejas en casa o te pone de mal humor no tener acceso a una red wifi? Podrías padecer adicción a las nuevas tecnologías. El problema es cada vez más frecuente en España, especialmente entre los jóvenes, una situación preocupante, ya que en los últimos tres años el número de personas que acuden al Proyecto Hombre para curarse se ha multiplicado por veinte.
Como otro dependiente
El perfil del tecnoadicto no difiere mucho del de otro dependiente, presenta un cuadro similar y un análogo síndrome de abstinencia: “Son gente impulsiva, incapaz de anticipar las consecuencias en el futuro, con baja toleracia a la frustración y pocas relaciones sociales”, señala el psicólogo José Antonio Molina, con 20 años de experiencia en conductas adictivas.
Pero estos malos hábitos pueden prevenirse. Usar los dispositivos de forma limitada, con un tiempo máximo y en un horario concreto, buscar otras actividades de ocio son alternativas con las que puedes evitar el exceso
Y si la adicción llega a tal punto que no eres es capaz de desconectar solo, debes buscar la ayuda de un médico o un psicologo, “porque la intervención en la mayoría de las ocasiones tiene una vertiente psicológica”, explica Rocío Perea, especialista en Neurociencia y psiquiatra en Área Humana. La ayuda no es más que una vuelta a enfrentarse a uno mismo en el tiempo libre, a apreciar los ratos de soledad y, sobre todo, a controlar lo que está haciendo para tomar conciencia de las consecuencias”.
Existen, además, hoteles y casas rurales que incluyen ‘ofertas detox digital’. El huesped ha de olvidarse del teléfono desde que llega, para practicar yoga, hacer rutas en la naturaleza, charlar con los demás o disfrutar de un spa.