Aprende a decir ‘no’.
Sobrevive a las fiestas con estas claves ‘psico’ para expresar tu punto de vista con firmeza y sin mala conciencia.
Llegan las navidades y con ellas multitud de compromisos familiares: “ÀVamos a hacer unas compras?”, “Ày si cenamos con mis padres?”, “Àte importaría cuidar de mis hijos esta noche?”... Seguro que te suenan estas frases, y es probable que te haya costado dar una negativa. Sin embargo, es bueno recordar la importancia de manifestar un “no” a tiempo.
Por qué nos cuesta
Las razones por las que, a veces, nos resulta difícil decirlo son numerosas y dependen de la educación y el carácter de cada persona. Puede deberse a “una alta necesidad de aprobación, al miedo a generar opiniones negativas en los demás o a una falta de seguridad y autoestima en uno mismo”, asegura Lara Garrido, psicóloga de GrupoLaberinto.
Sin embargo, las personas que consienten en exceso tienden a frustrarse porque anteponen las necesidades y los deseos ajenos a los propios. Además, si accedemos siempre a sus peticiones, generaremos en los otros una expectativa: que estaremos ahí para satisfacer todas sus necesidades.
Cómo expresarlo
Debemos expresar nuestro “no” de forma amable y empática, pero manteniéndonos firmes. “La insistencia puede representar una de las mayores dificultades para lograrlo”, explica Garrido. El primer paso es reconocer el chantaje emocional y no ceder ante él y, si persisten, acudir a la técnica del disco rayado. Esta consiste en volver a expresar nuestro punto de vista cada vez que traten de convencernos de lo contrario.
Tampoco es conveniente darle demasiadas vueltas al asunto ni retrasar nuestra respuesta. “La tendencia a posponer tareas que nos resultan desagradables o dificultosas se llama ‘procrastinación’, y es una tendencia natural del ser humano”, explica la psicóloga. Si ya hemos tomado una decisión, repensar esta elección solo hará que entremos en bucle.
Huye de la discusión
Pase lo que pase, trata de practicar la asertividad, una habilidad social que te permite defender tus pensamientos y derechos ho-
El primer paso es reconocer el chantaje
emocional
nestamente, sin caer en la pasividad y sin ofender. Ahora bien, no podemos evitar que la persona acabe enfadándose y nos veamos envueltos, sin quererlo, en una discusión.
Para afrontar de la manera más inteligente estas situaciones, la psicóloga Amparo Calandín recomienda: “Tener claro que los desencuentros con la familia son normales, y utilizar los resultados para tu propio crecimiento personal”. Si has llegado al enfado, cálmate, sal a tomar el aire y retoma la conversación cuando recuperes la tranquilidad.