Lucía Quintana habla de su evolución en Matadero
Curtida en el teatro, es aplaudida ahora por el público por este personaje que huye hacia adelante tras matar a su marido sin querer.
La actriz atiende nuestra llamada días después de haber dado a luz a su segundo hijo, un niña, y enseguida nos habla de que Almudena, su personaje, quiere ser madre a toda costa, y cómo por esta obsesión se introduce en una espiral de mentiras y corrupción. Por eso, Lucía Quintana se muestra indulgente con su primer protagonista.
¿En qué lugar quedan las mujeres en Matadero?
Todos los papeles femeninos de la serie son bombones, y reflejan la idiosincrasia ibérica, que nosotros analizamos desde la comedia, pero sin caricaturizar. Es un humor negro difícil de interpretar, y por eso nos costó encontrar el tono. Estas mujeres son corrientes pero, sobre todo, unas supervivientes.
En un entorno muy machista…
Sí, nuestra sociedad lo es. Por eso hablamos de una serie muy realista.
¿Y por qué las mujeres terminan siendo perversas?
Yo no creo que sean malas. Almudena no es muy lista cuando tiene que pensar fríamente (risas), y toma el camino equivocado. Aunque siempre le mueve el deseo de ser madre y eso la humaniza.
Tú eres de Valladolid. ¿Es posible que exista un Torrecillas real?
Yo creo que sí. Podría estar en Zamora como en otro sitio. Pero todo tiene que ver con el paisaje de la meseta. Es una forma de hacer notar la inspiración de series como Fargo o Breaking Bad, pero con nuestra identidad, mezclado con toques del cine de Berlanga o de Almodóvar.
¿Qué piensas de que se expongan banderas u otros símbolos patrios?
Ahora están de moda las banderas porque la gente necesita sentirse parte de un todo. Este país tiene mucho apego a los símbolos, es algo atávico y negativo para mí. Pero la estética hace que la serie resulte más interesante, con un aire bizarro. Me gustó mucho que las mujeres apenas aparezcan arregladas. Y luego esa imagen descarnada de los pueblos, de los puticlubes o de los hostales…
¿Cuál será el destino de Almudena?
Sin contar demasiado, ahora esta aprovechando ese acercamiento a Pascual (Ginés García Millán). El giro romántico es algo que puede suceder… o no. Esa es la parte más verosímil.
“Este país tiene mucho apego a los símbolos”
¿Es posible que tome el control de su vida?
En esta serie ellas ejecutan y ponen en acción a los hombres. Son personajes femeninos que reivindican su sitio. Eso pasa en una serie con un toque ibérico, ¡y la gente no lo pilla! El público debería ser más crítico, parece que tiene miedo y se lo toma literal. Ironizamos sobre una realidad latente.
Tiene un final cerrado, ¿pero quedará alguna puerta abierta?
La idea es como en Fargo, que se pueda crear otra historia en otro lugar. Pero la trama de estos personajes se cierra.