El teleadicto

Salió el gordo. 2020 ya tiene su primera candidata firme al título de mejor serie del año,

El colapso, una producción francesa estrenada en Filmin. Esas coordenadas podrían sonar a tostón cultureta, pero nada más lejos: es un trama con la que todos podemos conectar en estos tiempos extraños que vivimos. ¿Qué pasaría si colapsara el sistema, si una crisis provocara que en cuestión de días cayeran los bancos y se dejaran de distribuir alimentos y combustibles? La serie, que se grabó antes de la pandemia, lo que redobla su mérito, responde a esa pregunta en ocho capítulos de 20 minutos, cada uno rodado en un único plano secuencia. Personalmente me chirría esta técnica narrativa porque casi siempre está más al servicio del lucimiento del director que de la historia. Pero en este caso funciona como un tiro, ya que está tan integrado que ni lo notas y a la vez mete un extra de tensión y de realismo documental. Ese tono es lo que la separa de otros referentes como Black Mirror, Years and Years; aunque por definición es una distopía, está tan pegada a situaciones vividas, empezando por el desabastecimiento en los supermercados, que no se siente como una fantasía de guionista. La potencia de la serie radica en que pone al espectador frente al espejo de los miedos que han surgido últimamente. Los cimientos que hemos creado del mundo son tan frágiles que casi cualquier cosa puede reventarlos.