El teleadicto
¿Qué tienen en común Pol
Granch, el ganador del fallido Factor Xde Telecinco y flamante fichaje de Élite, con Fani, la multiconcursante de realities ‘famosa’ por ser infiel a su chico? Que son dos extremos del postmodernismo (esto es una licencia mía) y que ambos están siendo juzgados mediáticamente por polémicas previas a su salto a la palestra. El caso del cantante y ahora actor es chocante: en su imagen pública maneja referentes tan artísticos como vinculados a la libertad y a la diversidad, mantiene una relación con Natalia Lacunza (OT 2018), que es bisexual...
Pero ha tenido que pedir perdón por unos tuits de contenido fascista, machista y homófobo publicados hace años. La parquedad de su respuesta, sumada al hecho de que solo lo haya comentado una vez que se ha hecho público, despierta suspicacias, pero quizá es su forma de expresarse lo que debería bastar para cerrar un ejemplo de imbecilidad adolescente transitoria. Lo de ¡Estefaníaaa! me preocupa más: no porque haya ejercido o no de ‘pretty woman’, que es el eufemismo que ella misma usa en horario protegido, sino porque la misma cadena que hacía campañas contra la trata de blancas ahora obvia una lacra mundial como es la prostitución para excitar los audímetros con tácticas de caza de brujas. Tan “rojos y maricones” para unas cosas y tan patriarcales para otras.