«‘Ovejas eléctricas’ no se parece a nada que haya hecho»
Berto Romero debuta en La 2 con este nuevo late show cultural nada convencional. Tendrá que ejercer de pastor de estas ovejas...
¿Cómo te llegó el proyecto? Hacía mucho tiempo que tenía ganas de conocer a José Antonio Pérez Ledo porque seguía su trabajo y me parecía muy interesante lo que había hecho tanto en pódcast como en televisión o como guionista. A raíz de El otro lado, la serie que hice para Movistar Plus+, me envió un mensaje para hablar de ella, coincidimos y hablamos. A través de esa afinidad, de repente, me soltó que tenía el proyecto y a mí me pareció muy interesante. No se parecía a nada que hubiera hecho y tenía algo que me llamaba íntimamente.
¿Qué te cuenta sobre tu rol en el programa? Me pide que sea yo mismo, que no adopte otro tono ni un papel de maestro de ceremonias serio o circunspecto. Que básicamente haga lo que sé hacer: improvisar, trabajar desde la comedia y con sentido común también. El reto era encontrar el tono para que quedara un programa ligero. Aunque parezca que no pueda serlo, es muy entretenido y muy ligero. Yo no hago más que presentar, trabajo sobre los guiones intentando no memorizarlos, sabiendo de qué íbamos a hablar, pero dejando para la improvisación las dudas que me surgían o los posibles apuntes graciosos que me pudieran venir a la cabeza para que también los colaboradores y colaboradoras improvisen.
¿Tienes en parte el papel del espectador? Que nadie imagine a esos expertos como gente aburrida, a la que haya que desactivar mediante bromas porque no es eso, son muy versátiles y divertidos explicándose. No se trata de
Berto contra la alta cultura. Hago un poco ese papel del espectador y reacciono ante lo que me cuentan como alguien desde casa. No es que tenga una gran cultura, pero tengo mucho interés hacia ella.
Después de grabar estos programas, ¿has aprendido mucho? No es ninguna tontería, pero sí. He aprendido muchas cosas y me han que- dado muchas más ganas de aprender. Estoy leyendo más, estoy más interesado y despierto.
¿Por qué tienen los programas culturales ese prejuicio de ser aburridos o minoritarios? No tengo ni idea, sí que es un prejuicio, pero como todos los que hay. Como a los cómicos que les preguntan cuándo van a hacer drama, algo más serio. Son tópicos asumidos... Cuando ves el programa te sorprendes y dices ¡qué chulo! El ejemplo lo tenemos con Órbita Laika, de los mismos creadores. Nació con el sambenito de cómo iban a hacer divulgación científica en televisión y ya lleva nueve temporadas. Una burrada y con una audiencia muy fiel, hay espacio para todo. Pero no todo es lo mismo, no puede competir un late sobre narrativa con Tu cara me suena, que es un gran espectáculo familiar y masivo. Cada uno tendrá su espacio y su lugar, no creo en las etiquetas de que la tele no tiene nada de cultura. Todo está un poco mezclado.
Cuando llegas a casa, ¿cómo te gusta que te cuenten historias? Cuando me voy a casa no tengo un tipo de narrativa favorita, no es como ser fan de un equipo de fútbol. No puedo escoger porque hay tipos de narrativa para cada momento, a veces te apetece un libro y otras jugar a un videojuego o leer un cómic, no puedo elegir como consumidor y como intérprete tampoco. Hay cosas que te da el teatro que no te da la radio y la tele, tengo suerte de poder probar y hacer un poco de todo y eso me da la experiencia completa.
También estrenarás próximamente El consultorio de Berto. Estamos trabajando en ello. Me hace mucha ilusión este formato para Movistar Plus+, era una sección muy querida y con un mecanismo muy sencillo, más fácil que las instrucciones de ponerse un pantalón: la gente pregunta y yo respondo en tono de comedia. Estoy muy ilusionado y espero que quede bien. Forma parte de mi plan de estrenar dos programas a la vez para que sea menos probable que fracase y que funcione. Si no sale bien, el año que viene estrenaré tres (bromea).
¿Qué se necesita para ser un buen consejero? No lo sé porque yo no lo soy. Solo soy un cómico. Quien llegue esperando consejo lo tiene claro.
¿Y para ser un buen improvisador? No lo sé, a mí lo que me funciona es tener una cultura bastante amplia, pero poco profunda. Me suenan campanas de todo, pero luego no puedo profundizar en nada. Eso ya te da para dar un punto de vista o aproximarte a cualquier tema y funciona como un tertuliano, pero sin hacerle creer a la gente que lo que dices es verdad. Poca vergüenza como arrojo o inconsciencia y constancia, podría ser esa la combinación.
¿Puede conseguir Ovejas eléctricas una cultura más accesible? Hablamos de la cultura como si fuera algo que está en un armario al que tenemos que acceder, como un conocimiento vedado, pero creo que estamos continuamente consumiendo cultura. Viendo series de televisión que adaptan obras literarias que se inspiraron en otras... Estamos en ese caldo continuamente. No hablamos de nada ajeno a la cultura en la que vivimos, es nuestro día a día.
«El reto era encontrar el tono para que fuera un programa ligero».