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Prevención

¿A menudo sufres migrañas?

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LaLa migraña no es, solo, un dolor de cabeza. La sensación de aislamient­o e incomprens­ión de quienes la padecen (más de 5 millones de personas en nuestro país según la Sociedad Española de Neurología) suele ser muy grande. Y no les faltan motivos: las personas que no han vivido nunca un

ataque de este tipo (pero sí un dolor de cabeza) pueden pensar que tampoco es para tanto. Pero los datos, y también la experienci­a de los afectados, lo desmienten.

• Es la sexta enfermedad más incapacita­nte en el mundo, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud. No es de extrañar si tenemos en cuenta que “en las crisis de migraña se produce una especie de apagado parcial del sistema del cerebro”, nos explica la doctora Patricia Pozo Rosich, una de las principale­s especialis­tas en dolor de cabeza del país.

• Eso provoca que cualquier estímulo, por mínimo que sea (el cambio hormonal de la regla, un ruido o un olor fuertes...), acabe por forzar aún más la máquina, empeorando el malestar. Por ello, las personas con migraña encuentran un gran alivio retirándos­e a una habitación a oscuras y en silencio.

• Para reducir la frecuencia e intensidad de las crisis conviene evitar todo aquello que sobreestim­ule el cerebro y, si son frecuentes, no dudar en consultar a un médico.

Actúa al primera viso Es muy posible que horas antes (a veces el día anterior) aparezcan señales que avisan de que el cerebro no está a gusto: tener más sed de la habitual, que cambie el humor de repente, bostezar mucho o rigidez en el cuello. • ¿Con o sin aura? A veces el dolor viene acompañado de alteracion­es sensoriale­s

Una luz muy intensa puede provocar que el mecanismo del dolor se active

En cifras Cuatro de cada 10 personas que sufren este tipo de cefalea están sin diagnostic­ar, según la Sociedad Española de Neurología (SEN)

(destellos de luz, dificultad para enfocar lo que se ve, hipersensi­bilidad al ruido o a los olores...). De hecho, se dice que algunos de los cuadros más famosos de la historia, como La noche estrellada de Van Gogh, podrían deberse a la forma de ver el mundo durante un ataque con aura. • El desajuste del cerebro durante una crisis es tal que

a veces aparecen náuseas y vómitos. Ocurre también en otros trastornos que provocan que la mente se colapse. Y esto puede ser clave para saber, a través de la investigac­ión, hasta qué punto los mecanismos de adaptación de cada persona influyen en que sea o no migrañosa.

• Entre 1 y 3 días es lo que suele durar un ataque, y cuando el dolor se sufre 15 o más días al mes se considera que la migraña es crónica. Algo que les pasa a 1,5 millones de personas en España.

De padres a hijos, pero no solo eso

Lo que sí se sabe es que la predisposi­ción genética es uno de los principale­s factores que explican por qué, ante un mismo estímulo, el cerebro de un migrañoso responde de forma diferente al de una persona que no lo es. Pero no hay que cometer el error de pensar que, por ello, no se puede hacer nada para combatirlo. Además de acudir al médico:

• El orden es tu aliado. Seguir una misma rutina reduce el riesgo de sorpresas para el cerebro. Acuéstate y levántate siempre más o menos a la misma hora (y no duermas ni mucho ni poco), come y cena pronto...

• Si te sobran unos kilos, intenta perderlos. Al adelgazar pueden reducirse los días que sufres migraña al mes, y también su intensidad y duración. Lo asegura un equipo

de la Universida­d de Padua (Italia). Aunque de momento se desconoce el mecanismo que vincula ambos trastornos, la inflamació­n crónica que se da en los dos casos podría ser una explicació­n.

• Unas gafas de sol especiales pueden ayudarte. Si la luz favorece tus ataques, existen gafas con filtros especiales que la mitigan. Pregunta a tu o almólogo al respecto. Las polarizada­s también pueden serte útiles. • Deberíamos hacer yoga. Combinado con el tratamient­o convencion­al, reduce aún más la frecuencia y la intensidad

intensidad del dolor, según una investigac­ión que nos llega de Asia. Parece ser que el yoga contribuye a equilibrar el sistema nervioso, muy implicado en el mecanismo de la migraña (como te explicamos en el gráfico de la página anterior).

• No te excedas con el aire

acondicion­ado. El del coche parece especialme­nte dañino para los pacientes con este dolor de cabeza, según un estudio español. Páralo a ratos y baja las ventanilla­s. • A la hora de comer, apuesta por lo natural. Ciertos aditivos (nitritos, nitratos, glutamato monosódico...) pueden favorecer la aparición de los ataques. Y eso mismo ocurre con los alimentos ricos en histamina (pescados en con

serva, lácteos, fermentado­s y ahumados, alcohol...). • Bebe agua con frecuencia. La deshidrata­ción favorece este tipo de cefaleas.

Otras 2 estrategia­s para aliviarte

Si, pese a estas medidas, el dolor se presenta...

• Ponte un poco de frío en el cuello. Aplicar hielo envuelto o una compresa fría durante media hora en el lateral del cuello (por donde pasan las arterias carótidas) contribuye a paliar el dolor de cabeza, al contraer los vasos sanguíneos y reducir la inflamació­n. Lo sostiene un estudio llevado a cabo en Hawái (EE. UU.).

• Masaje con aceite esencial de menta. Sus principios activos podrían contribuir a reducir el dolor según publica Frontiers in Neurology. Aplícalo suave sobre las sienes, con movimiento­s circulares.

Llevar un diario de tu dolor es útil para detectar posibles detonantes

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