Saboreando la energía del Mediterráneo
En la Edad Media y en el Renacimiento los higos se consideraban una exquisitez, y en muchas culturas antiguas han simbolizado la sabiduría; nos lo muestra el gesto que tenían los griegos cuando fundaban una ciudad: plantaban una higuera en el corazón de la nueva urbe.
Tomarlos directamente del árbol es todo un placer, aunque en realidad, cuando nos llevamos un higo a la boca no nos estamos comiendo un fruto sino un recipiente lleno de pequeñas frutas.
Degústalo como parte de un montadito salado: coloca sobre una cracker una lámina de aguacate, un trocito de pescado ahumado (salmón, bacalao... el que prefieras) y encima una rodaja de higo bien fina.