TRAS SU AMOR POR LA INTERPRETACIÓN
Una niña “trasto” enamorada de la lectura. “Me encantaba cogerle a mis tías los libros de aventuras de Kiki y similares, y pasar el día leyéndolos. Y luego, claro está, yo hacía alguna que otra trastada”.
Considera que tuvo la mejor educación.
“Para mí fue una suerte tener unos padres jóvenes (me tuvieron con 20 años), que me educaron en libertad y me dejaron elegir lo que quería hacer. Apostaron siempre por mí”.
De su infancia recuperaría a sus abuelos.
“Eran muy amantes del cine. La noche que mis padres salían y me dejaban con ellos, veíamos pelis de Hitchcock, de Marlon Brando, me llevaban al teatro…”.
Ser femenina y feminista no está reñido.
“Si por algo me gustan las series como Pequeñas coincidencias es porque ponen en el mismo plano de igualdad a hombres y mujeres, cuestionándose lo mismo”.