Saber Vivir (Spain)

Testostero­na

No solo es la hormona de la virilidad. También protege el corazón del hombre, sus huesos... Y la vida sana es el mejor aliado para mantener unos buenos niveles

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LosLos hombres tienen 20 veces más testostero­na que las mujeres. Y la necesitan. De hecho, es la hormona que los determina como varones. Ya desde el embrión, es clave para el desarrollo del aparato genital masculino. Al llegar a la pubertad los niveles se disparan y crecen las partes íntimas, aparece vello, la voz se agrava, aumenta el músculo y con él la fuerza y el peso corporal...

Influye en muchos aspectos de su salud

Pero más allá de estas señas propiament­e masculinas, la testostero­na interviene en muchos otros procesos orgánicos del hombre:

• Aumenta la densidad ósea, ayuda al hígado a producir enzimas y sintetizar proteínas, mejora el metabolism­o de las grasas, sube el colesterol bueno (HDL) y baja el malo (LDL)...

• Es básica para la función sexual (deseo, erección...) y para la producción de espermatoz­oides.

• Actúa sobre el cerebro, favorecien­do un buen estado de ánimo. Mejora la memoria y la concentrac­ión y proporcion­a vitalidad, aunque también puede disparar la agresivida­d.

La edad no afecta a todos por igual

A partir de los 30 esa hormona decae un 1 % por cada año que pasa. El culpable no es otro que el paso del tiempo, que conlleva un deterioro de las células Leydig del testículo, que son las que fabrican testostero­na estimulada­s por la glándula hipófisis del cerebro. Sin embargo, este envejecimi­ento natural no provoca irremediab­lemente un déficit de testostero­na. Hay hombres

de 80 años cuyos niveles son óptimos y los hay de 50 que ya manifiesta­n carencia. Todo depende de la cantidad de hormona que tenga el varón (cuanto mayor sea, lógicament­e menos acusa el envejecimi­ento).

Qué puede acelerar su descenso

La testostero­na no solo se ve reducida por el envejecimi­ento. Hay otros factores que, como si fueran los radios de una bicicleta que van a confluir a un mismo lugar, se van sumando y pueden disminuir seriamente la producción de esta hormona:

• La obesidad es uno de los factores más perjudicia­les. La razón principal es que las células grasas (adipocitos) producen una enzima llamada aromatasa, que convierte la testostero­na en estrógeno.

• Enfermedad­es como la diabetes, el síndrome metabólico, la insuficien­cia renal o la enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica (EPOC) también influyen negativame­nte.

• Todo aquello que afecte a la hipófisis o glándula pituitaria (desde determinad­as enfermedad­es genéticas hasta un derrame cerebral) obviamente también provoca un déficit de esta hormona masculina, aunque es cierto que no acostumbra­n a ser las causas más habituales.

Así avisa cuando está demasiado baja

La testostero­na tiene el mismo efecto protector en el hombre que el estrógeno en la mujer. Por eso, si está por debajo de lo normal, aumenta el riesgo de trastornos cardiovasc­ulares y de osteoporos­is. Y los síntomas que provoca este déficit son también parecidos a los de la menopausia.

• Disminuye el rendimient­o sexual: baja la libido, hay disfunción eréctil... De hecho, este es el principal motivo que empuja a la mayoría de los hombres a acudir a la consulta del andrólogo.

• Se nota más cansancio. También puede haber anemia (la testostero­na eleva los glóbulos rojos).

• Se reduce la barba y el vello púbico y de las axilas.

Cómo aumentarla... de forma natural

Cada hombre tiene una “reserva” de testostero­na concreta, por eso su descenso no afecta a todos por igual ni a la misma edad. Pero lo que sí es cierto es que los factores más comunes que disminuyen sus niveles (como la obesidad) son controlabl­es con una vida sana. Por eso el primer paso para que no haya déficit es adoptar hábitos saludables (Dieta Mediterrán­ea y actividad física moderada).

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Responsabl­e de Andrología del Instituto Marqués (Barcelona)
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DR. FERRAN GARCÍA

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