¿Qué esconde tu tristeza?
Vivir con depresión puede anular a la persona y robarle su vida. Por eso, vale la pena identificarla cuanto antes y aplicar el plan para vencerla. Con este informe te ayudamos a reconocerla
ElEl mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, ese no”. Esta frase del pensador Confucio es alentadora, sin duda, pero no siempre es fácil superar un estado de tristeza, aunque nos lo propongamos con ganas. Cuando aparece, lo primordial es saber si es un bajón momentáneo o si esconde el comienzo de una depresión. Por eso, en la página siguiente te adjuntamos un test que puede darte pistas sobre la gravedad de tu tristeza, aunque en ningún caso pretende sustituir la opinión de un especialista.
Emociones en (frágil) equilibrio
Es completamente normal sentir tristeza en alguna ocasión. Incluso si no hay un motivo evidente por el que estarlo, ya que las emociones deben fluir. Por lo general, los engranajes de nuestro cerebro funcionan en perfecto equilibrio: unas neuronas se acallan y otras se conectan, dependiendo del momento; una zona cerebral se adormece cuando es necesario dar paso a otra distinta por la circunstancia que estemos viviendo. Pero esos mecanismos pueden sufrir pequeñas (o grandes) alteraciones de vez en cuando que inciden directamente sobre nuestro estado de ánimo. Se sospecha que la mayoría de casos de depresión mayor (la que necesita un tratamiento y un seguimiento cuidadoso) tiene una causa multifactorial. Sin embargo, cada vez se identifican más de esos factores que intervienen de alguna manera en nuestra capacidad para interactuar con el medio que nos rodea y sentir –o no– placer con las situaciones, las personas y los acontecimientos.
Primero suele haber un desajuste interno
Sin duda, uno de los factores que influye en el ánimo es el cambio de estación, sobre todo la llegada del otoño. Algunas personas tienen más dificultad para adaptarse a la vuelta a la rutina y, en especial, a los días que se acortan. Todo apunta a que son más sensibles a la disminución de horas de luz solar, que altera su reloj interno y reduce los niveles de serotonina. Afortunadamente la astenia o depresión estacional es pasajera y suele durar lo que el cuerpo tarda
en adaptarse. Por otro lado, estudios recientes apuntan a otros factores no tan conocidos y que, aunque por sí solos no son determinantes, sí aumentan el riesgo de depresión. Son…
• La microbiota: El 90 % de la serotonina se fabrica y almacena en el intestino, por tanto las bacterias que lo pueblan (conviven buenas y malas
en una sinergia perfecta) afectan a la correcta producción de ese neurotransmisor. Ahora bien, si ese equilibrio se rompe, el ánimo puede verse afectado. Hacer ejercicio, comer sano, tomar probióticos, y canalizar el estrés son claves para una microbiota sana.
• El aire que respiras. Un estudio publicado en International Journal of Hygiene and Environmental Health revela que la exposición a la contaminación se asocia a un aumento de los casos de depresión. depresión. No dudes en realizar escapadas a entornos naturales siempre que te sea posible.
De la depresión se sale
Llevar un estilo de vida saludable y evitar los factores mencionados ayuda a tener buen ánimo, pero si las señales de depresión son claras hay que acudir al especialista. Con la ayuda adecuada solo queda una cosa por hacer: alzar la cabeza y decir con firmeza: “Voy a ganar esta batalla” para, poco a poco, volver a ser quien eras.