Dolor de garganta
5 REMEDIOS QUE SÍ FUNCIONAN
En 7 de cada 10 casos los culpables son los virus. Por eso, el tratamiento se basa sobre todo en aliviar los síntomas. Y, para lograrlo, podemos echar mano de lo natural
ElEl dolor de garganta hace que, cada año, 4 millones de personas acudan a su médico de familia, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de las molestias que afectan a esta zona se deben a un virus o a una simple irritación. Y, en estos casos, lo único que podemos hacer es paliar los síntomas. Los remedios naturales que hemos seleccionado para ti pueden serte de utilidad. Pero antes de hablar de ellos, te ayudamos también a reconocer si tu dolor de garganta tal vez se debe a algo más serio.
Cuándo hay que preocuparse
Los síntomas de una faringitis vírica suelen durar, como mucho, una semana. • Además de dolor, se pueden sufrir otras molestias como picor, goteo nasal, algo de fiebre, tos o dolor de oídos. • Pero si aparece de repente y es intenso, dura más de 7 días y se acompaña de fiebre alta y/o malestar general, acude al médico porque podría deberse a otras causas que, esta vez sí, necesiten de un tratamiento farmacológico concreto. Hazlo también si se repiten con frecuencia. • Para los casos leves los siguientes consejos pueden convertirse en el empujoncito perfecto para recuperar la buena salud de tu garganta.
Las faringitis víricas representan el 13 % de las consultas médicas (tanto de familia como al especialista)
1 Toma jengibre con miel y limón
Es una mezcla ideal para aliviar los síntomas principales. • Jengibre. Su aceite esencial, el gingerol, tiene propiedades antiinflamatorias. Y
donde hay dolor suele haber inflamación.
• Miel. Te conviene por su alto poder antiséptico, que ayuda a nuestro organismo a combatir con más eficacia los microbios que causan el dolor de garganta.
• Limón. Te aporta una buena dosis de vitamina C, gracias a la cual tus defensas pueden luchar mejor contra virus y bacterias. • Cómo prepararla. Hierve una o dos láminas de jengibre en un poco de agua. Cuela y mezcla con el zumo de medio limón y una cucharada generosa de miel. Bébetela cuando esté templada.
2 Date una ducha con vapor
El agua caliente genera vapor que actúa como si tuvieras un humidificador en la habitación. Al respirar, pasa a tu garganta, hidratándola y aliviando la sensación de picor y sequedad típica de la faringitis.
• Humedecer un paño con agua caliente (pero no hirviendo) y ponértelo sobre el cuello es otra buena opción. El calor tiene un efecto analgésico y, además, contribuye a que las venas se dilaten. Esto aumenta la llegada a la
Los virus
que suelen causar faringitis proliferan con la llegada del frío
garganta de los nutrientes que circulan a través de la sangre, lo que puede ayudarte a recuperarte antes y también mejor. Si lo prefieres, puedes usar un saquito de semillas caliente.
3 Malvavisco... en caramelos
La raíz de esta planta, de sabor dulzón, es rica en mucílagos, una especie de gelatina que ayuda tanto a combatir la irritación como a lubricar la garganta.
• De chuche a remedio. ¿Sabías que las golosinas en forma de nube tan populares entre los niños comparten su nombre en inglés (marshmallow) con esta planta? Y esto es así porque, en realidad, las famosas chuches se crearon en el siglo xix con huevos, azúcar y el jugo de la raíz de malvavisco precisamente para aliviar el dolor de garganta en los niños. Aunque los procesos de industrialización han
cambiado la composición de esta golosina, y actualmente ya no llevan malvavisco.
• En farmacias y herboristerías puedes encontrar, eso sí, caramelos para chupar elaborados con su raíz.
4 Haz gárgaras con agua salada
Es un remedio de toda la vida: barato, sencillo y eficaz. Pero ¿por qué el agua tibia con sal funciona?
• Combate la inflamación. La faringitis provoca que las células de la membrana mucosa (que son las que producen el moco) se inflamen inflamen y tengan más agua de la habitual. La sal puede ayudarnos a absorber este exceso de agua y, por lo tanto, a reducir la inflamación.
• Debilita los microbios. No hay que olvidar, tampoco, el efecto antimicrobiano de este condimento. De hecho, es una de las virtudes que hace que los alimentos en salazón se conserven por más tiempo.
• Hazlo, como mucho, tres veces al día. Superar esta cifra puede provocar justo el efecto contrario; es decir, que la membrana acabe resecándose. Esto deja a nuestra garganta más indefensa frente a los virus.
Las infusiones
hidratan y, al mismo tiempo,
te ayudan a aliviar el dolor
• La medida justa. La prestigiosa Clínica Mayo recomienda diluir media cucharadita de sal de mesa en un vaso de agua tibia. Respecto al tiempo que deberían durar, con medio minuto basta.
5 Aprovecha el sol del otoño
Tomarlo es fundamental para que nuestra piel sintetice vitamina D y nuestro cuerpo pueda aprovecharla.
• Esta vitamina actúa protegiendo el organismo de las infecciones respiratorias según numerosos estudios. Y si ya tienes faringitis, unos niveles óptimos contribuirán a que tus defensas actúen contra el virus de forma más eficaz.
• 15 minutos al día al sol son suficientes para beneficiarte de sus efectos. Eso sí, para sintetizar la vitamina debes tomarlo ahora sin protección.