Eva González
Mujer de carácter, y enamorada de los retos profesionales, explica que no sabe afrontar la vida sin una sonrisa
UN MES ESPECIAL.
Noviembre es importante para Eva: el día 5 celebra su cumpleaños (39) y el 6, su aniversario de boda con Cayetano Rivera. Sin duda, dos fechas que ocupan un lugar destacado en su calendario.
“Mi persona favorita tiene la cara bonita, tiene un ángel en su sonrisa, tiene un corazón, y yo, a mi persona favorita, le canto esta cosita”. Suavemente y entre caricias, esta canción de Alejandro Sanz se convierte en nana cuando Eva se la canta a su pequeño Cayetano, cuyo nacimiento hace dos años revolucionó su vida. La popular presentadora reconoce que la maternidad no es un camino de rosas, sobre todo los primeros meses, y más si se compagina con un trabajo como el suyo. Sin embargo, tiene muy claro que quiere saborearla al máximo.
Conciliar, un reto complicado
No se considera una madre perfecta. Ni pretende serlo, y así lo ha manifestado en sus redes sociales con total sinceridad. ¿Su meta? Conciliar, viendo crecer a sus hijos, sí, pero sin marcarse el loco objetivo de llegar a todo sin equivocarse nunca. Y en el otro extremo, tampoco quiere verse abocada a abandonar una carrera profesional que la llena para dedicarse por completo al cuidado de su familia, consciente del sentimiento de culpa que tanto se inculcó a
las mujeres de generaciones anteriores... Seguramente ella, como tantas otras antes, se ha dado cuenta de que la superwoman acaba siendo –con el tiempo y la acumulación de responsabilidades– menos “súper”. Por eso, trata de no agobiarse y aprovecha los ratos libres que le ofrece su agenda para disfrutar de cada momento que pasa con su hijo. Instantes llenos de ternura que a veces comparte en sus redes sociales con una delicadeza exquisita, ocultando siempre la cara del peque para preservar su intimidad. Mensajes en los que revela algunos detalles de su vida en familia y que muestran la gran complicidad que mantiene con su marido, con quien forma un gran equipo.
Modelo, actriz, presentadora…
El universo de Eva es tan grande, que incluso ha trascendido de los platós y las revistas. Tiene tantos seguidores en las redes y tanta gente que la apoya que se siente muy afortunada. Pero lo cierto es que se lo ha ganado a pulso por su gran capacidad para dejar huella, en positivo, en todos los proyectos en los que participa.
Se declara abiertamente feminista y asegura que educará a su hijo en la igualdad, por convicción y porque dice que este es un camino que las mujeres tienen que recorrer de la mano de los hombres. Espera que cuando Cayetano sea un adolescente ya no será necesario reivindicar tantas cosas. Leal a sí misma por encima de todo, Eva valora la naturalidad. Aunque es la perfección en estado puro subida a unos tacones y con un vestido de sus diseñadores fetiche, prefiere vestir pantalón, camisa vaquera y deportivas.
Siempre abierta a nuevos retos
Nacida en una familia humilde de Mairena del Alcor (Sevilla), la mejor enseñanza que le dieron sus padres, de los que siempre habla con emoción, fue que el trabajo duro siempre tiene recompensa y que no hay que aburrirse jamás. Quizá por eso no le asustan los retos. Aunque cuenta que fue una decisión difícil (fue una propuesta rodeada de secreto y la tomó después de escuchar la opinión de sus personas más queridas), no se arrepiente de haber dado el salto a La Voz, un formato que le apasiona porque es testigo de la ilusión y los sueños de la gente. La edición Kids le ha enseñado a relativizar y le ha permitido recuperar la intensidad de las galas en directo. Y es que, aunque reconoce que pasa muchos nervios antes de la conexión, las emociones del momento compensan y la llenan plenamente. En el escenario se siente como en casa.
Muchos sueños por cumplir
Eva ha alcanzado muchos de los objetivos que tenía cuando empezó su carrera, pero siente que todavía le queda un largo camino por recorrer. De todos modos, sigue la máxima de centrarse en el día a día, en vivir al máximo el momento presente, aunque sin perderle la cara al futuro.
Hoy por hoy, se pasa media vida en el AVE, pero tiene clarísimo que de aquí a unos años acabará volviendo a su tierra... porque no se ve viviendo en otro sitio. Conociendo su carácter y su empeño, podemos darlo por seguro. Mientras, la casa que tiene allí es su refugio idílico.
La popular presentadora es incansable y disfruta al máximo con cada proyecto