DOS GESTOS QUE AYUDAN A EVITAR LA ENFERMEDAD
MENOS ESTRÉS
Así como la obesidad está considerada un factor de riesgo de cáncer de mama y hay muchos estudios detrás que lo demuestran, en el caso del estrés no se ha podido establecer esta relación tan directa.
De lo que sí hay cada vez mayor evidencia es de la conexión entre estrés y sistema inmunológico. Y un mal funcionamiento de este último, a causa por ejemplo del estrés, favorece el desarrollo del cáncer de mama. Ten en cuenta que a diario tus defensas eliminan células cancerígenas que no llegan a ocasionar ningún daño, por eso unas defensas débiles allanan el camino del tumor.
LA VITAMINA D QUE NECESITAS. Varios estudios han relacionado la carencia de vitamina D con el cáncer de mama. El 90 % de esta vitamina se obtiene a través de la exposición solar, por tanto, tomar el sol de forma moderada y a las horas de menor intensidad nos aseguraría la dosis correcta.
Sin embargo, cada vez cobra más peso el papel de los tóxicos (los químicos de los productos de higiene, de los cosméticos, los plásticos...), que actúan en el organismo como un disruptor hormonal, dificultando el trabajo de esta vitamina que, en realidad, funciona como una hormona. Por ello, evitar los químicos en la medida que podamos es una forma de protegernos. Además, no hay que olvidar que estas sustancias se acumulan fácilmente en la grasa (son lipofílicas), y la mama es una de las zonas del cuerpo con más tejido graso.