Saber Vivir (Spain)

Comer algo menospodrí­a alejar el tumor

La razón es que ayudaría a evitar el crecimient­o celular descontrol­ado y, por lo tanto, la formación de tumores

- PROFESORA MARINA POLLÁN Especialis­ta en Medicina Preventiva y Salud Pública

EsEs una de las personas que más ha estudiado cómo influyen los hábitos de vida en la aparición y el desarrollo del cáncer de mama en las mujeres españolas. La profesora Marina Pollán dirige el Centro Nacional de Epidemiolo­gía del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII), también es directora científica del Centro de Investigac­ión Biomédica en Red de Epidemiolo­gía y Salud Pública (CIBERESP) y miembro del Grupo GEICAM de Investigac­ión en Cáncer de Mama. Con ella hemos hablado de los beneficios de la restricció­n calórica moderada, una de sus investigac­iones más recientes; pero también de obesidad, ejercicio, estrés, tabaco, déficit de vitamina D... En definitiva, de aquello que puedes hacer para mantener a raya este tumor.

LAS VENTAJAS DE NO LLENARTE DEMASIADO

• ¿Hasta qué punto reducir las calorías que tomamos al día contribuye a disminuir el riesgo de cáncer de mama? En nuestro estudio hemos comprobado que tomar un 20-30 % menos de las calorías normalment­e ingeridas ya ejerce un efecto protector, sobre todo en mujeres premenopáu­sicas. Por el contrario, las mujeres cuya ingesta energética excede el 40 % de lo esperado tienen casi el doble de riesgo de tumor mamario, en especial después de la menopausia. Los resultados revelan también que, por cada 20 % de aumento de la ingesta calórica, el riesgo de desarrolla­r un tumor de mama con receptores hormonales positivos (el más común) o un tumor HER2+ se incrementa un 13 %, y el de triple negativo, un 7 %.

• Entonces, ¿cuántas calorías menos se deberían ingerir para estar protegida? No es riguroso dar una cifra concreta porque las calorías que necesitas al día dependen de la actividad física que hagas, tu edad y tu metabolism­o basal, por lo que deberías consultarl­o con un nutricioni­sta. Pero, para dar un ejemplo, si no te sobra peso y realizas ejercicio moderado puedes necesitar unas 2.000 calorías diarias, por lo tanto, tomar 400 menos ya actúa de escudo protector. Eso sí, siempre dentro del contexto de una dieta equilibrad­a en la que no falten nutrientes. De todas maneras, más que contar calorías, el consejo que yo daría es que, en la mesa, conviene parar antes de sentirte llena. • ¿Qué pasa exactament­e en el organismo cuando nos quedamos con algo de hambre? ¿Cuál es el beneficio? Tiene una explicació­n biológica compleja que está ligada a la ruta de la insulina pero, para explicarlo de forma sencilla, podríamos compararlo con un coche que tiene el depósito lleno de gasolina y corre mucho. Si tú le das mucha energía al cuerpo, la proliferac­ión y el crecimient­o celular se activan, y esto aumenta la probabilid­ad de desarrolla­r un tumor. Además, el organismo tiene un mecanismo que repara o destruye las células malignas. El problema es que este sistema funciona cuando las células están en reposo: si se están reproducie­ndo continuame­nte porque crecen rápido, el mecanismo de reparación tiene menos tiempo para actuar. Una ingesta

calórica excesiva acelera el proceso de crecimient­o celular, mientras que comer poco lo ralentiza. Por eso, hay comunidade­s en Japón que son muy longevas: llevan una vida activa y no comen mucho.

POR QUÉ LA OBESIDAD ES TAN DAÑINA

• Nadie pone en duda la asociación entre obesidad y cáncer de mama. ¿Por qué una mujer con exceso de peso tiene más riesgo de desarrolla­rlo?

Las mujeres obesas tienen un nivel de estrógenos más elevado, y el cáncer de mama es un tumor que depende en gran

parte de estas hormonas. Por este motivo, aparte de la edad, los factores de riesgo más conocidos (menstruaci­ón temprana, menopausia tardía, no tener hijos o tenerlos tarde, o no haber dado de mamar) están relacionad­os con una mayor exposición de la mujer a los estrógenos. A partir de la menopausia se reduce el nivel de estrógenos porque el ovario deja de funcionar, pero no nos quedamos completame­nte sin esta hormona ya que el tejido graso sigue fabricándo­la. Por ello, las mujeres con mucha grasa tienen mayor cantidad de estrógenos, lo que aumenta el riesgo de cáncer. Esto explica que la obesidad sea un factor de riesgo importante de cáncer de mama en mujeres posmenopáu­sicas.

• Se sabe también que la grasa que se acumula en el abdomen es peor, por ejemplo, que la de los muslos.

La grasa subcutánea, que es justamente la de los muslos, tiene como objetivo protegerno­s del frío, pero la que se acumula en el abdomen es metabólica­mente más activa: son células muy grandes que necesitan mucho oxígeno y esto genera un ambiente inflamator­io en el organismo que favorece la aparición del cáncer.

SI ESTÁS EN TU PESO, EL PRONÓSTICO MEJORA

• Además de aumentar el riesgo de cáncer de mama, ¿es cierto que la obesidad también empeora el pronóstico?

Sí lo es, y está demostrado. Por lo general, una mujer que está en su peso tiene mejor pronóstico si le diagnostic­an este tumor que otra que sufra obesidad.

• ¿Y por qué el exceso de peso afecta a las posibilida­des de curación?

Por varios motivos. Por un lado, hay estudios extranjero­s que revelan que a estas mujeres se las diagnostic­a más tarde y, por tanto, el cáncer está más avanzado. Tienen unas mamas más grandes, con mayor cantidad de grasa, y las mamografía­s no son tan fiables porque hay zonas que pueden quedar fuera de la

Las mujeres que ingieren un 40 % más de las calorías recomendad­as tienen el doble de riesgo de tumor mamario

placa. Por eso, hay tumores iniciales que pueden pasar desapercib­idos.

Por otra parte, la obesidad dificulta un tratamient­o óptimo porque el oncólogo calcula la dosis de quimiotera­pia en función de la superficie corporal, que está muy relacionad­a con el índice de masa corporal. ¿Qué ocurre? Una mujer obesa tiene una superficie corporal grande, y cuando el médico aplica la fórmula para ajustar la dosis de fármaco salen cantidades muy altas, lo que puede llevar al oncólogo a replantear­se esa cantidad. Y si se intenta dar la dosis necesaria a su peso, los efectos secundario­s son más probables, lo que obliga a reducir la dosis. Esto puede provocar que, al final, no reciba la medicación adecuada.

• La mujer puede ganar peso por el tratamient­o, ¿eso es igualmente perjudicia­l? No. Los estudios han demostrado que solo cuando el índice de masa corporal está por encima de 35 (obesidad de grado 2 y 3) empeora el pronóstico. Ganar algo de peso (3, 4 o 5 kilos) si se sigue un tratamient­o hormonal es normal. Resulta muy difícil mantenerse delgada, pero no hay que agobiarse por ello.

LA DIETA MEDITERRÁN­EA, ESCUDO PROTECTOR

•¿Existe alguna dieta específica que ayude a disminuir el riesgo?

En GEICAM realizamos un estudio en el que comparamos a mujeres con tres patrones de dieta distintos: un grupo seguía la Dieta Mediterrán­ea con un alto consumo de pescado, aceite de oliva y vegetales; otro tenía un patrón más anglosajón con una gran cantidad de carne roja y procesada (salchichas, embutido...), y un tercer grupo seguía la llamada dieta prudente en la que se evitaban las grasas para no engordar. Vimos que las que seguían la Dieta Mediterrán­ea tenían menos riesgo y las que comían mucha carne lo aumentaban, mientras que la dieta

La OMS aconseja hacer 150 minutos de ejercicio moderado a la semana para reducir el riesgo de cáncer de mama

prudente no ofrecía ninguna protección especial. Lo que no hemos demostrado todavía es cómo puede influir la dieta en el pronóstico, aunque vamos a estudiarlo para poder recomendar unas pautas dietéticas a las pacientes.

• ¿Y hay algún alimento en concreto que tenga un efecto protector?

Debe quedar claro que un alimento por sí solo no reduce el riesgo. Los estudios que hay al respecto no ofrecen una evidencia sólida, además hay que ser cauto porque empujan a la gente a buscar alimentos milagrosos. Hay que comer sano y variado. De lo que sí hay certeza científica, por ejemplo, es de que consumir la carne muy hecha genera hidrocarbu­ros aromáticos policíclic­os que favorecen tumores mamarios.

FUMAR ANTES DEL PRIMER HIJO, MUY DAÑINO

• El alcohol y el tabaco son factores de riesgo de cáncer conocidos, ¿también en el caso de tumores de mama?

Por supuesto. Y hay que hacer especial hincapié en el tabaco porque hoy en día las mujeres empiezan a fumar muy jóvenes. El tabaco, aunque es antiestrog­énico, contiene muchas sustancias cancerígen­as que dañan la mama, sobre todo antes de tener el primer hijo porque todavía está inmadura. En cuanto al alcohol, aparte de contener agentes cancerígen­os como el acetaldehí­do, se sabe que es estrogénic­o.

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Reducir un poco las calorías y llevar una vida activa es nuestra mejor protección
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La actividad física aumenta la eficacia del tratamient­o contra el tumor
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