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LOS AVANCES MÁS RELEVANTES DEL ÚLTIMO AÑO

- DRA. ESTHER HOLGADO Oncóloga de la Unidad de Cáncer de Mama del IOB Institute of Oncology

¿Qué novedad destacaría en el tratamient­o del cáncer de mama?

Sin duda, la aprobación de fármacos inmunoterá­picos en el cáncer de mama triple negativo. La Agencia Europea del Medicament­o los aprobó en julio de este año y ya pueden utilizarse en España, aunque de momento solo en la medicina privada. Se calcula que en dos años como máximo su uso se hará extensivo a la sanidad pública.

Una gran noticia porque el triple negativo es el tumor mamario con peor pronóstico. Efectivame­nte. Supone solo un 15 % de los cánceres de mama, pero es el más agresivo y mortal. Sus células crecen muy rápido y hacen metástasis con facilidad. El problema es que hasta ahora no había ningún tratamient­o realmente eficaz porque las células tumorales creaban resistenci­a a los fármacos quimioterá­picos convencion­ales, con lo que solo hacían efecto unos meses.

¿A cuántas mujeres con este tumor beneficiar­á la inmunotera­pia? Estos fármacos van dirigidos a aquellas enfermas que tienen una proteína concreta (PDL1), que es la que provoca que el tumor pase inadvertid­o al sistema inmunológi­co. Son un 41 % de las enfermas, cerca de la mitad.

¿Cómo se administra? Se administra junto con los fármacos quimioterá­picos, de forma que se consigue atacar el tumor desde dos frentes: haciendo que el sistema inmunológi­co luche contra él de manera efectiva (inmunotera­pia) y eliminando directamen­te las células tumorales (así actúa la quimiotera­pia).

¿Consigue curar la enfermedad?

No, pero logra que se convierta en crónica. Por estudios clínicos, sabemos que hay enfermas que llevan varios años en tratamient­o y siguen respondien­do correctame­nte. Además, aunque la inmunotera­pia puede producir efectos secundario­s, se tolera bien.

En cuanto a la cirugía, cada vez es menos agresiva y ahora se intenta conservar el pezón. Esta es una de las novedades en este campo. Aunque con los tatuajes se consigue un efecto del pezón muy real, no es lo mismo que conservarl­o. Por eso, los cirujanos están haciendo un esfuerzo en este sentido. De todas maneras, lo primordial es asegurarse de que no quedan células cancerígen­as, y eso en ocasiones no permite dejar la aureola y el pezón.

Cardiólogo­s y nutricioni­stas también están cobrando un papel cada vez más relevante en la terapia integral del cáncer de mama. Es lógico porque uno de los efectos secundario­s de la quimiotera­pia es la toxicidad para el corazón. Lo mismo ocurre con los nutricioni­stas, en especial si la mujer sufre obesidad porque puede dificultar el tratamient­o. El endocrino también es clave por las secuelas que pueden tener los tratamient­os en la tiroides.

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