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Claves para evitar un ictus
LaLa palabra ictus ya forma parte de nuestro diccionario. Hemos oído hablar mucho de él. A pesar de que cada vez hay más casos, sobre todo porque envejecemos más, desde la década de los ochenta los fallecimientos debido a un ictus han disminuido a la mitad. Y no porque sean menos graves, sino porque lo conocemos mejor, actuamos antes y los tratamientos han mejorado. Pero no hay que bajar la guardia.
¿Qué es un ictus y por qué se produce?
Sufrimos un ictus cuando de forma repentina el cerebro deja de recibir flujo sanguíneo. Puede ocurrir…
• Si un vaso sanguíneo queda taponado, obstruido. Se le llama ictus isquémico y es el más frecuente (el 85 % de todos los casos). “Esa obstrucción se debe a la presencia de un coágulo en la arteria, que se ha formado ahí o ha llegado de otra zona del cuerpo”, describe el doctor Óscar Ayo, coordinador de la Unidad de Ictus del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.
Que ese tipo de ictus ocurra en una vena, y no en una arteria, es poco común aunque últimamente sí oímos hablar de ello porque se ha relacionado con la vacunación contra la COVID-19.
• Cuando la arteria se ha roto. El resultado es una hemorragia cerebral. Solemos pensar que se trata de un pico de tensión que nos ha hecho estallar la arteria, pero no ocurre así. En realidad es un proceso paulatino, lento. Tanto la hipertensión como el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo o el alcohol hacen que las arterias se vayan debilitando y, cuando ya están muy frágiles, entonces sí un pico de tensión –incluso un enfado– puede hacer que se rompan.
Cada minuto es oro y no es una exageración
Al sufrir un ictus los síntomas quizá no sean demasiado alarmantes, como verás más adelante, y podemos pensar que descansando desaparecerán. Pero al hablar de ictus, el tiempo corre en nuestra contra. “Hay he
Por cada minuto que se pierde en ir a Urgencias, mueren unos dos millones de neuronas en el cerebro
rramientas para tratarlo y que las secuelas sean pocas, o no las haya, pero solo son efectivas si se va al hospital lo antes posible”, nos dice este experto.
• No tardes en ir a Urgencias. Un ictus puede destruir nuestro cerebro, literalmente. Cuando ocurre, en un minuto podemos perder 2 millones de neuronas y que se destruyan 14.000 millones de conexiones entre ellas. “Por eso, es cuestión de minutos, y mejor actuar en 10 que en 15. Ante la más mínima sospecha hay que llamar a Emergencias. Al recibir esta llamada todos los centros ponen en marcha el llama
Entre el 80 % y el 90 % de los ictus pueden evitarse si mantenemos a raya los factores que nos hacen más propensos a tenerlos
do Código Ictus. Gracias a él, esa persona se traslada de inmediato a un centro hospitalario para recibir los tratamientos especializados, que son los que, hoy por hoy, pueden hacer que no tenga secuelas importantes”, explica el neurólogo.
No siempre duele la cabeza
Solemos pensar que el síntoma habitual es un dolor de cabeza insoportable, como si nos hubieran atravesado la cabeza con un punzón o nos fuera a estallar. Pero eso es, en realidad, poco habitual. • La cefalea muy intensa y que aparece de golpe está ligada al ictus isquémico venoso y a la hemorragia cerebral, que son los menos frecuentes. No tenemos que esperar a que nos duela la cabeza para actuar. Hay que estar alerta ante otras señales mucho más corrientes.
• La dificultad para hablar sí es una alarma. “La persona que lo sufre puede, de repente, expresarse con dificultad, como si estuviera borracha, o le faltan las
Si la pérdida de visión, la parálisis de medio cuerpo… ocurren de manera repentina, es cuando hay que sospechar
palabras, como si quisiera decir algo y enmudece”, describe el Dr. Óscar Ayo.
• La boca torcida también es un síntoma habitual. Igual que la pérdida de fuerza o la parálisis de una zona del cuerpo (brazos y piernas). Por ejemplo, estamos comiendo, se nos cae el cubierto y la mano no responde para volver a cogerlo; o estamos de pie, nos caemos y somos incapaces de mover el lado derecho.
El estrés y los nervios generan picos de tensión que dañan las arterias del cerebro
• La pérdida de sensibilidad en una zona del cuerpo. “Estamos tan tranquilos y notamos que la mitad del cuerpo se nos queda totalmente dormida”, nos explica el especialista. Como ves, en algunos casos son señales de alerta poco específicas.
Otros síntomas que se conocen poco
El cerebro tiene muchas funciones y conexiones. Por eso, según la zona concreta que se vea afectada por el ictus, aparecen, además, otros síntomas que quizá no sean tan conocidos.
• Podemos perder una parte del campo visual. Estamos mirando de frente y, de forma súbita, repentina, somos incapaces de ver todo lo que queda a la derecha. También podemos dejar de ver por un ojo o de golpe tener una visión borrosa.
• Mayor torpeza en los movimientos. Si el ictus ha afectado al cerebelo, la parte del cerebro que se encarga de la coordinación motora, tenemos dificultad para movernos con una parte del cuerpo. No es que esté paralizada, es que está torpe y los movimientos son desorganizados. Como el cerebelo es también responsable de mover los ojos, podemos tener igualmente visión doble.
• Pérdida del equilibrio. También a través del cerebelo el cerebro se encarga de que no perdamos estabilidad corporal. Por eso, cuando está afectado pueden aparecer las dificultades para caminar o para mantenernos de pie.