El síntoma
Dolor en la mandíbula
EntreEntre el 50 % y el 75 % de la población tiene algún problema en su mandíbula. Su funcionalidad no depende solo de que las dos partes que la forman encajen perfectamente; también de que los ligamentos, tendones y músculos que las sostienen tengan buen tono. Esos tejidos y huesos se pueden alterar por causas muy habituales hoy en día. Con la mascarilla, por ejemplo, llevamos más tiempo la boca abierta y la mandíbula sufre.
Dolor al abrir la boca, masticar o bostezar
Suele acompañarse de dolor de cabeza y muchas veces nos avisa de que estamos apretando demasiado los dientes y la mandíbula por estrés (también al dormir). Masticar con fuerza chicle o bocadillos también lo puede causar, así como morder frutas enteras (generas menos tensión mandibular si las troceas antes).
• En esas situaciones puede haber una subluxación, es decir, un leve desplazamiento de la mandíbula. Al producirse esa tensión, la articulación tiende a desplazarse ligeramente hacia abajo y hacia afuera. En algunos pocos casos (debido a un traumatismo o un golpe muy fuerte) la mandíbula se desplaza más y resulta del todo imposible abrir o cerrar la boca. Si ocurre, ya es una luxación y debe recolocarla un especialista, igual que se recoloca, por ejemplo, un hombro o un codo “salido”.
Chasquidos
Es otra señal que avisa de que quizá se ha producido ese desplazamiento en la articulación, pero el crujido al abrir la
boca puede ocurrir igualmente porque la musculatura de uno de los dos lados mandibulares está más debilitada que la contraria. Si el médico o el rehabilitador confirman que eso sucede, convendría relajar y fortalecer la zona con ejercicios para realizar cada día (ver recuadro en página anterior). Hay que tener en cuenta que esto puede ocurrir más a partir de los 50-55 años, al igual que el desgaste óseo. Porque también esta zona sufre artrosis como cualquier otra articulación. Reforzar la musculatura es una manera de protegerla y de que no se originen más problemas.
Dolor desde la oreja hasta el maxilar
Si el dolor es intenso y se sitúa desde la oreja hasta la parte baja de la mandíbula (y también hacia los lados), puedes tener el llamado síndrome témporo-mandibular.
• No solo está afectada la mandíbula sino también el hueso temporal (que se introduce en el cráneo). Por eso, es muy frecuente que se tengan cefaleas al mismo tiempo. A veces, el problema se ha originado en la musculatura cervical (o en la mandíbula por apretarla) y se ha arrastrado varios años.
• El especialista puede recomendar férulas de descarga (para no apretar los dientes) y masajes cervicales para relajar la musculatura.
Si los problemas mandibulares se repiten, quizá se estén produciendo espasmos musculares en esa zona (distonía mandibular). En esos casos, las inyecciones de toxina botulínica pueden resultar eficaces para acabar con esas contracciones involuntarias.
Con los años la articulación se va desgastando, por lo que el dolor puede deberse a una artrosis
Arrastrar las molestias durante años puede acabar afectando al hueso temporal y generar también dolores de cabeza