GUÍA PARA CONTROLARLA SIN ERRORES EN CASA
Para que las cifras sean una buena referencia hay que seguir al pie de la letra una serie de pasos antes de tomarla. codo. Si es de muñeca, sigue las instrucciones del fabricante.
• Procura estar tranquilo. Es importante que, cuando te la tomes, estés relajado y no tengas prisa. Al menos media hora antes de la medición no hagas ejercicio ni realices comidas abundantes; tampoco bebas café, té o alcohol ni fumes si aún lo haces. También es conveniente haber miccionado un rato antes. Procura medirla en una habitación sin ruidos, en la que no pases ni frío ni tampoco calor.
• Tus prendas, holgadas. Lo ideal es tomarte la tensión en tirantes o manga corta. Si llevas manga larga, arremángala siempre y cuando la tela no comprima el brazo. Lo que no conviene es ponerse el manguito sobre la ropa.
• No cruces las piernas. Siéntate en una silla en una postura cómoda, con la columna bien apoyada en el respaldo. Los dos pies deben estar totalmente apoyados en el suelo (usa un taburete bajo si no llegas del todo). Mantente en reposo 5 minutos antes de hacer la medición.
• Coloca bien el manguito. Si tu tensiómetro es de brazo, debes ajustarlo 2 o 3 centímetros por encima del
• El brazo, en reposo. Deja el brazo relajado, ligeramente flexionado y apoyado sobre una mesa, para que quede a la altura del corazón. La mano tiene que estar con la palma hacia arriba.
• No hables ni te muevas mientras llevas a cabo la medición. Cuando el manguito se desinfle, apunta las cifras tanto de la presión máxima (sistólica) como de la mínima (diastólica).
• Repite la medición 3 veces en total, dejando pasar 5 minutos entre ellas. Saca la media entre las tres mediciones, y apunta tanto la fecha como la hora.
• Los momentos del día que se recomiendan para hacer las mediciones son por la mañana antes de desayunar y tomar hipertensivos (si forman parte del tratamiento), y antes de cenar.
• Una información muy valiosa. Llevar un diario de tu tensión proporciona una información muy útil tanto para el personal médico como el de enfermería, que permite contrastar las cifras obtenidas en el hogar con las que se obtienen en consulta.
• Ponerse nervioso en el médico no es extraño. Esto puede hacer que la tensión se eleve y que las cifras obtenidas no se correspondan con la realidad. Es algo tan común que incluso tiene nombre: la hipertensión de bata blanca.