Salud activa
Intoxicaciones alimentarias
EstamosEstamos en la mejor época del año, la del descanso y el buen tiempo. Y va a ser muy especial. Tras meses de restricciones por la pandemia, todo apunta a que este verano nos podremos mover libremente para disfrutar de las vacaciones. Sin embargo, esa libertad volverá a poner en primer plano las intoxicaciones alimentarias. La Organización Mundial de la Salud ha calculado que cada minuto 44 personas europeas enferman por comer alimentos en mal estado.
Las señales que te envía el cuerpo
Los especialistas prefieren hablar de toxiinfecciones. Se producen al comer un alimento en el que se han desarrollado bacterias u otros gérmenes, o que contiene sustancias tóxicas, como metales o productos químicos. En verano, los primeros son la principal causa de las enfermedades transmitidas por alimentos. ¿Y cuáles son los síntomas que ocasionan? • Las náuseas, los vómitos, las diarreas y dolor abdominal son los más conocidos. Sin embargo, “hay otros, como mareos, ardor de boca, dolor de cabeza, marcas en la piel y fiebre, aunque esta no es muy común”, nos describe la Dra. Susana Domínguez Rovira, miembro del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.
• Si la intoxicación es muy grave y las bacterias han afectado a órganos como el riñón o el hígado, “podemos llegar a tener un fallo renal o hepático. El botulismo, que se da por comer alimentos en conserva en mal estado, es una de las causas y puede llegar a provocar la muerte”, advierte la Dra. Domínguez.
• Si la persona afectada se muestra confusa, saliva en exceso, tiene alucinaciones o visión borrosa, o presenta al
Cuando el malestar
no remite en dos días y la fiebre no baja, acude al
médico
gunas dificultades para expresarse, hay que acudir al médico sin perder tiempo. Son síntomas neurológicos que avisan de que las toxinas han proliferado tanto que no han podido ser eliminadas por el hígado y los riñones, han pasado al torrente sanguíneo y han logrado llegar al cerebro. Otras señales de alarma son dificultad para respirar, rigidez en el cuello, hormigueo y debilidad muscular o parálisis en brazos o cara.
La prevención empieza en la cocina
Los alimentos son el vehículo de los gérmenes. Pueden oler bien y tener buen aspecto y, sin embargo, no estar en buen estado. Por eso, es clave su manipulación en casa.
• No prepares las comidas con mucha antelación. Si entre la cocción y el momento de servir pasan más de dos horas, estamos dando vía libre a que la temperatura ambiente, el aire y hasta la luz ayuden a que proliferen los gérmenes. Cuando debemos mantener una comida caliente, o recalentarla, lo ideal es hacerlo a más de 65º (para controlarla, usa un termómetro de cocina). Al calentar en el microondas no deben quedar zonas frías. Y si se tiene que enfriar, lo peor es hacerlo lentamente: entre 5º y 65º crece el riesgo de que los alimentos se estropeen.
• La higiene es fundamental entre fogones. Tanto los utensilios como las superficies de trabajo y las manos deben estar bien limpios. Es recomendable no usar la misma tabla ni los mismos cuchillos para trocear distintos alimentos. Si lo hacemos, hay que limpiarlos cada vez con paños diferentes.
• La temperatura ideal para cocinar carnes y pescados es de 65º como mínimo. Si no tienes termómetro, basta con que la primera ya no esté rosada y que el segundo esté bien firme y opaco. Los huevos estarán bien hechos cuando estén cuajados.
Si hay confusión, visión borrosa, problemas para expresarnos, rigidez de cuello, hormigueo o debilidad muscular, mejor ir a Urgencias