El síntoma
Caída de cabello
UnUn pelo sano es reflejo de que todo marcha bien en nuestro interior… Y lo contrario. Puesto que es un material “vivo” que se va renovando, perdemos cada día entre 35-100 cabellos. •A lo largo de la vida, el grosor del pelo y el número de folículos pilosos (donde nace) van disminuyendo y perdemos densidad. Pero esos ciclos de crecimiento y caída no son procesos independientes del resto del organismo. De ahí que cuando se sufre algún trastorno (como, por ejemplo, problemas con la tiroides), el pelo lo acusa con una caída intensa –que los especialistas llamamos efluvio– o con una menor densidad.
El estrés debilita… ¡hasta tu melena!
Hay otras muchas situaciones en las que el aspecto del pelo nos sirve de chivato. Ocurre con el sistema nervioso, por ejemplo: un estrés emocional puede favorecer una caída intensa de pelo.
El folículo piloso está lleno de terminaciones sensoriales, pero también tiene unos receptores que “captan” el nerviosismo. Además, el neurotransmisor que llamamos Sustancia P –en un intento por protegerse de ese estrés– inicia una respuesta inflamatoria. Lo malo es que eso, lejos de mejorarlo, ocasiona mayor caída del pelo. Si no se resuelve, puede dar lugar a una alopecia areata, que te explicaré más adelante.
Se altera el ciclo capilar. Con un estrés mantenido, los folículos pilosos pasan de manera acelerada a la fase de reposo (llamada telogen), lo que ocasionará una caída importante a los 3-4 meses de iniciarse la situación estresante.
Se suele resolver de manera espontánea cuando disminuye el estrés o antes de que pasen 12 meses. Pero también puede convertirse en un efluvio crónico aunque reversible.
El síndrome de las “3 M”, otra causa
Menstruaciones muy irregulares, Índice de Masa Corporal aumentado (superior a 25 y, por lo tanto, obesidad) y signos de masculinización (tono de voz más grave, vello en zonas “masculinas”…). Si se sufren esos tres cambios a la vez y la persona nota que tiene menos densidad en la zona central y que el pelo es cada vez más fino, aunque
no haya mayor caída, se puede sospechar de una alopecia androgenética.
Una enfermedad de transmisión sexual
Si una sífilis no se trata en su fase inicial pueden aparecer placas de alopecia dispersas en el cuero cabelludo que le dan un aspecto “apolillado”.
En ocasiones puede aparecer como una alopecia más difusa por todo el cuero cabelludo o incluso afectando a cejas, vello de axilas y pubis. Si se trata, en unos tres meses se resuelve el problema. El VIH provoca igualmente alteraciones en el crecimiento del pelo que se manifiesta con una caída difusa y progresiva.
Por psoriasis o eczema
Estos problemas cutáneos pueden afectar también al cuero cabelludo, además de manifestarse en la piel. Por lo general, aparecen áreas rojizas con descamación. Al desprenderse esas placas, se llevan consigo el cabello. Otra señal evidente sería el picor intenso en la cabeza. La buena noticia es que con un tratamiento adecuado mejorará, porque la caída solo se debe a un atrapamiento del tallo piloso, no a una afectación del folículo.
¿Puede deberse a un trastornoautoinmune?
Nos referimos a la alopecia areata. Comienza por una o varias placas en donde el pelo se cae de manera brusca. Esas zonas se pueden repoblar de manera espontánea, pero en ocasiones se extienden a la totalidad del cuero cabelludo afectando incluso a cejas, pestañas y vello corporal.
El mecanismo por el que se produce es muy complejo, pero se sabe que es el propio sistema inmune el que ataca a los folículos como si fuera un elemento extraño al organismo. Además, influye la genética (hay personas que están predispuestas a padecerlo) y factores muy diversos como las infecciones, el estrés –tanto a largo plazo como un shock repentino– y los cambios hormonales. El tratamiento debe ser siempre individualizado.
Si se acompaña de más vello corporal y cierta masculinización, puede deberse a alteraciones hormonales Las dietas de menos de 1.300 calorías pueden ser deficitarias en nutrientes y provocar una mayor caída