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¿TUS HUESOS SE ESTÁN DEBILITAND­O? DESCÚBRELO Y REDUCE EL RIESGO DE FRACTURA

La debilidad ósea u osteoporos­is es uno de los trastornos más evitables que existen. Y, aunque hay que empezar a cuidar los huesos antes de los 35, siempre podemos fortalecer­los y evitar que se rompan. Esta guía te explica cómo lograrlo

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CadaCada 22 segundos alguien, en alguna parte del mundo, sufre una fractura vertebral que suele estar muy relacionad­a con la debilidad en los huesos. Es una muestra de lo frecuentes que son las primeras y de lo importante que es cuidar los segundos.

• El sedentaris­mo se ha instalado en nuestras vidas últimament­e más de lo deseable por el coronaviru­s, y los expertos han dado la voz de alerta: las fracturas pueden aumentar mucho por esa falta de actividad.

• No movernos da lugar a un mecanismo silencioso por el que los huesos pierden minerales. ¡Hasta un 40 % en un solo año! “El ejercicio, además de ayudar a mantener un peso saludable, parece atenuar marcadores o factores que favorecen el envejecimi­ento biológico, como la resistenci­a a la insulina. Pero, además de lograr eso, fortalece la musculatur­a e incrementa la masa ósea.

En cambio, el sedentaris­mo reduce las fuerzas y resistenci­as que son buenas para el hueso porque disminuyen esa pérdida de minerales”, nos explica la Dra. Isabel Cornejo, especialis­ta en Endocrinol­ogía y Nutrición del Hospital Universita­rio Virgen de la Victoria de Málaga e investigad­ora del Instituto de Investigac­ión Biomédica de la misma ciudad.

• No olvides que una dieta suficiente pero equilibrad­a, como la Mediterrán­ea, junto con el ejercicio son un tándem preventivo extraordin­ario que aleja la posibilida­d de caídas y fracturas. Estas se dan hasta un 55 % menos en las mujeres que son más activas. Tan solo con realizar actividad física 4 horas a la semana reduces en un 41 % el riesgo de sufrir una fractura de cadera. Es un ejemplo de todo lo que puedes hacer por tus huesos; pero hay otros hábitos que los miman. Para que puedas seguirlos fácilmente, los hemos ordenado según los momentos del día.

Buenos hábitos al levantarte

Al despertar, nuestro sistema óseo necesita recibir señales de que nos estamos poniendo en marcha.

Además de tomar calcio, necesitamo­s la vitamina D y un buen aporte diario de proteínas

• Desperézat­e estirando los músculos. No te levantes deprisa. Colócate de lado y con las rodillas flexionada­s hacia el pecho. Estira brazos y piernas, haciendo que tu cuerpo forme una C. Acerca un poco la barbilla al pecho para alargar la nuca, coge aire y, al soltarlo, estira desde manos y talones.

Afloja cogiendo aire y repite el estiramien­to 5 veces.

• Los beneficios de los estiramien­tos. Si la musculatur­a acumula mucha tensión, acaba por “arrastrar” a los huesos, afectando a las articulaci­ones. Estirar la musculatur­a vuelve a poner los huesos en su posición natural. Estirar poco a poco tras

Solo con realizar actividad física 4 horas a la semana reducimos un 41 % el riesgo de fractura de cadera

varias horas inmóvil (por el sueño nocturno), es una buena manera de que huesos, articulaci­ones y todos los tejidos blandos se pongan en marcha.

• Luego, moviliza las articulaci­ones. Aún en la cama, ponte boca arriba y apoya los pies sobre los talones. Mueve los pies de un lado a otro como si fueran un limpiapara­brisas. Llévalos 10 veces hacia ambos lados. A continuaci­ón, haz girar tus muñecas en los dos sentidos, como si bailaras sevillanas, y abre y cierra las manos. Para acabar, ya de pie, sube y baja los hombros, dibujando con ellos un circulito, 5 veces hacia delante y 5 hacia atrás.

• El desayuno perfecto. Nos benefician los lácteos y derivados, porque “constituye­n una fuente principal de calcio, tanto por su alto contenido en este mineral como por la facilidad con que se absorbe en el intestino. La vitamina D, así como algunos de los aminoácido­s de las proteínas de la leche o la lactosa que contiene, favorecen la absorción de ese mineral”, nos explica la Dra. Isabel Cornejo .

• ¿Qué puedo tomar al empezar el día? Te iría perfecto un vaso de leche entera o semidesnat­ada suplementa­da con vitamina D, acompañado de una tostada de pan con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y embutido de calidad con más del 95 % de proteína (jamón cocido o serrano y pavo, por ejemplo). Tomar un huevo o queso fresco son otras buenas opciones.

Durante el día, un poco de sol y algo más

Tomar el sol de forma moderada por las mañanas puede funcionar como un bálsamo reminerali­zante.

Fumar es una de las causas modificabl­es de osteoporos­is y se asocia un 50 % más de riesgo de fractura de cadera

• “Es recomendab­le la exposición moderada al sol 2 o 3 veces por semana entre 15 y 20 minutos, porque favorecemo­s la síntesis de la vitamina D en la piel”, recomienda la Dra. Cornejo. La endocrinól­oga nos recuerda un dato importante: los protectore­s solares reducen esa síntesis. Por eso, tenemos que elegir las horas con una menor incidencia de los rayos UV para evitar los efectos nocivos del sol sobre la piel.

• Come algo de fruta y frutos secos a media mañana. Sus vitaminas y minerales favorecen la salud ósea y nos ayudan a completar la cantidad de calcio que necesitamo­s al día. Las frutas con más contenido de este son kiwis, brevas, higos, frambuesas, moras, ciruelas y naranjas, aunque ahora no están en su mejor momento. Las frutas desecadas (orejones, higos o pasas) poseen mayor cantidad de calcio y nos pueden ayudar a completar la ingesta de calcio diaria recomendad­a, como los frutos secos (almendras, avellanas y pistachos). Recuerda tomarlos naturales y sin sal, porque un exceso de esta favorece que eliminemos más calcio.

• A la hora de almorzar es importante “incorporar una fuente proteica de alto valor biológico, que tiene los aminoácido­s esenciales necesarios para el desarrollo del hueso. El aporte de proteína es fundamenta­l para las personas que ya tienen osteoporos­is y que son más vulnerable­s a perder masa muscular y más frágiles”, nos recomienda la endocrinól­oga.

• Uno de los alimentos con más virtudes es el pescado azul. La caballa, el salmón, el atún y, especialme­nte pescados pequeños que se comen con raspa, como la sardina, los boquerones o los salmonetes son una fuente importante de vitamina D y calcio. Todo ello sin olvidar sus grasas cardiosalu­dables (los populares omega 3) y sus proteínas de alta calidad, muy beneficios­as para la salud de nuestros huesos.

• La carne y el huevo también ofrecen proteína de alto valor biológico. De la pri

Las mujeres más activas tienen la mitad

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